El presidente del PP de las Islas Baleares, Biel Company, ha acusado este miércoles al PSIB de la situación financiera en la que quedó la comunidad balear en 2011 y ha asegurado: «Nosotros fuimos los que tuvimos que reflotar esta comunidad autónoma», en alusión al trabajo que realizó el ejecutivo autonómico del PP durante la legislatura 2011-2015.
El líder del PP balear ha manifestado su satisfacción por la intención del Gobierno central de «relajar las exigencias a los ayuntamientos» en relación al superávit municipal acumulado en 2017.
Company ha señalado a través de un comunicado que la situación de quiebra de la comunidad autónoma en 2011 «obligó a hacer sacrificios, del mismo modo que hay que hacerlos cuando una empresa se encuentra en quiebra; y eso nos tocó a nosotros».
A día de hoy, ha continuado, «la señora Armengol puede disponer de 1.350 millones de euros más que el Govern del PP en 2012», un dinero que el pacto de izquierdas «sigue malgastando».
«Aquí parece que nos hemos olvidado muy pronto de que la señora Armengol y el señor Antich nos dejaron en 2011 una comunidad en quiebra», ha comentado Company.
El número uno del PP en Baleares ha responsabilizado a Armengol, como expresidenta del Consell de Mallorca, y al expresidente del Govern Francesc Antich de ser «los culpables de todos los sacrificios que se han pedido a los ciudadanos en los últimos años» para poder salir de la crisis.
Company se ha mostrado partidario de que los consistorios que hayan hecho «bien las cosas y tengan mucho dinero de remanente puedan invertirlo ahora en infraestructuras básicas para el municipio».
Según ha explicado, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya informó hace dos semanas de esta posibilidad a los presidentes regionales del PP en un almuerzo celebrado con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el fin de que los ayuntamientos «puedan ahora usar debidamente ese dinero acumulado en sus cuentas corrientes».
El presidente popular ha recordado que estas medidas de ajuste y control se tuvieron que aplicar porque, aunque hubo ayuntamientos que hicieron las «cosas bien», también los hubo que las hicieron «muy mal».