El cementerio municipal de Palma contará a partir de ahora con cámaras de seguridad, sensores y detectores en puntos estratégicos para reforzar la labor de control que realiza el personal de vigilancia con el que hasta ahora se cuenta. De esta forma, la empresa municipal extrema los medios para combatir el vandalismo o los robos que suceden de vez en cuando dentro del cementerio. En los últimos años ha habido varios casos importantes de robos de crucifijos, ornamentos decorativos u otros objetos metálicos de los nichos y panteones, y en alguno de ellos se tardó hasta cerca de un mes en poder dar con los responsables.
El consejo de administración de la Empresa Funeraria Municipal (EFM) aprobó este viernes adjudicar a Securitas Seguridad España S.A. el servicio de vigilancia y seguridad por un importe de 1.127.887 euros para cuatro años. El gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, explicó que «se trata de una mejora cualitativa» de la seguridad, sobre todo de las personas que visitan o trabajan en el cementerio.
Hasta ahora la seguridad es cosa de ocho agentes de seguridad que se encargan tanto del cementerio de Palma como del tanatorio de Bon Sosec (propiedad de la EFM), así como de abrir y cerrar y dar alguna vuelta de reconocimiento en los cementerios de Sant Jordi y Establiments.
A partir de ahora, la vigilancia humana será la misma, pero se contará también con sistemas de televigilancia. En el cementerio de Palma se instalarán 25 cámaras, en las puertas de acceso, 8 sensores y 5 detectores en aquellos puntos del recinto por el que se puedan ‘colar' personas por las coches o por el día. En el tanatorio de Bon Sosec se instalarán 3 cámaras y 28 detectores.