Los ecuatorianos residentes en Mallorca tenían este domingo una cita con las urnas. Los ciudadanos que se acercaron al Palacio de Congresos a ejercer su voto tenían que responder a siete preguntas, cinco de ellas en referéndum y que, de ser aprobadas, supondrían enmiendas en la Constitución vigente. Las otras dos, que integraban la Consulta Popular, conllevarían cambios en leyes.
Las preguntas engloban temas como la inhabilitación a condenados por corrupción, que las autoridades puedan ser reelectas una sola vez, o la eliminación de la prescripción de los delitos sexuales contra menores, entre otros.
En Baleares hay más de 12.000 residentes ecuatorianos, aunque sólo 5.671 estaban llamados a las urnas. Gonzalo Ortiz, cónsul encargado en funciones de la República del Ecuador en Baleares, explicó que «hay muchos ciudadanos que no cambian su domicilio electoral». El diplomático contó también que «el censo electoral se cerró el 1 de diciembre de 2017, por lo que muchos han llegado tarde y no pueden votar». La participación fue de 1.817 personas, un 32 por ciento, a falta de confirmar por el Consejo Nacional Electoral.
Palma, además, es el único lugar de Balears donde se puede votar, por lo que hay unos 1.000 ecuatorianos residentes en Menorca e Ibiza que, de querer votar, tendrían que haberse desplazado.
El ambiente a lo largo de la jornada fue tranquilo, aunque muchos ciudadanos explicaban a su salida del recinto la desconfianza hacia la clase política y que «el referéndum es una estrategia de el presidente Moreno para conseguir la mayoría e impedir que vuelva Rafael Correa».