El Ajuntament de Palma, a través del área de Infraestructures i Accesibilitat y de la Oficina de Estudios y Proyectos, empezará a colocar a partir de principios del año que viene un nuevo pavimento drenante en las calles de la ciudad con el que se intentará dar solución a los problemas de absorción del agua que tienen muchas vías y también al de las raíces del arbolado, que en muchas ocasiones por falta de espacio acaban levantando el pavimento.
El concejal de Infraestructures, Rodrigo Romero, informa de que en un primer momento está en estudio la instalación de este pavimento en la calle Manacor y en General Ricardo Ortega, donde se probarán algunas de las distintas soluciones técnicas que existen. En función del resultado, a continuación se instalará este pavimento en otras vías, a medida que vayan siendo objeto de alguna intervención. La idea es que este tipo de soluciones acabe en todas las calles de Palma.
Trombas
Una de las soluciones que se ha estudiado es colocar este suelo estructural en la zona de aparcamiento de los vehículos de la calle en cuestión y en la zona del carril bici, si lo hubiera.
Este suelo estructural consiste en poner distintas capas de grava para que el agua se vaya filtrando, se almacene en unos pozos y después se deje correr mediante un sistema de desagüe.
El objetivo de este sistema es evitar que durante las trombas el agua inunde las aceras y calzadas pues será «chupada» de forma rápida. Pero al mismo tiempo este pozo drenante permite que las raíces de los árboles tengan espacio para desenvolverse y suficiente humedad que podrán aprovechar.
Este tipo de pavimento drenante es un poco más caro que el normal, según reconoce el concejal de Infraestructures; quizá puede costar un 20 por ciento más su implementación. Pero a la larga sale más económico que un pavimento normal, «porque con su instalación, por ejemplo, te aseguras de que en muchos años no se tendrá que volver a arreglar la calle porque los árboles hayan levantado el pavimento», afirma el regidor.
Este suelo estructural ya ha sido probado en otras ciudades españolas, como en Alcorcón (Madrid), cuyo modelo es el que se ha escogido en Palma para hacer las primeras pruebas.