La mañana de este 27 de junio fue intensísima para la cúpula del PP. Había pleno en el Parlament, y Álvaro Gijón, diputado y concejal de Cort, se marchó precipitadamente al enterarse de la detención de sus padres y su hermano por el caso ORA. El presidente Company reaccionó con rapidez. Se movieron junto a él la portavoz Marga Prohens y el secretario general, Toni Fuster. Primer objetivo: hablar sin cortapisas ni diplomacias con la también diputada Sandra Fernández, novia de Álvaro Gijón. A las once horas la cúpula del PP ya tenía redactada la carta en la que Álvaro Gijón 'pedía' la baja voluntaria en el PP y, en consecuencia, en el Grupo Parlamentario y en el Grupo Municipal.
Una vez redactada la misiva, le fue entregada en mano a Sandra para que saliese disparada, se encontrase con Gijón lejos de periodistas y cámaras y regresase con la carta firmada. Mientras, se produjeron llamadas a Gijón desde la cúpula. Company intentó hablar con él. Se comenta que Fuster lo consiguió. «Álvaro, por tu bien y por el de todos, firma la baja del partido». La portavoz Marga Prohens llevaba días trabajándose esta renuncia. Por fin, a las 13 horas llegó Sandra chutada y con la carta firmada. Gijón se iba. No hizo falta reunir de urgencia al Comité de Derechos y Garantías que preside Mabel Cabrer. Gijón se había hecho el hara-kiri de forma 'voluntaria', con su novia pidiéndole que firmase mientras ambos asistían al drama de su familia detenida.
Ahora el objetivo es que Gijón deje el acta de diputado y de concejal, es decir, que se quede a la intemperie mientras la acción judicial es cada vez más intensa. Eso es lo que espera la cúpula del PP para que este desastre no siga envenenándose. Este martes se daba por seguro que Gijón acabará por renunciar. De hecho, en el PP ya no le defiende nadie. Irse rebotado al Grupo, Mixto es una agonía insoportable para todos, comenzando por el propio Álvaro, que ya tiene a su familia implicada en un nebuloso asunto ligado a la empresa Roig y al concurso de adjudicación de la ORA de Palma. Es muy duro. Gijón se encuentra entre la espada y la pared. Sin partido y sin amigos.
La vida política es de vértigo. Hace dos años y medio Álvaro era el hombre fuerte de Cort, capaz de derrocar al por entonces alcalde Mateu Isern, además de estar considerado como el heredero del por entonces todopoderoso José María Rodríguez. Le esperaba la presidencia del PP-Palma. Ahora está solo. Únicamente le queda Sandra para llevarle la carta del adiós, previamente redactada por,la cúpula del PP. No le quieren en el Grupo Mixto, ni en pintura. Su final político está decidido y sentenciado. Y curiosamente, su horizonte penal solamente puede aclararse un poco en la medida que abandone la política. De no hacerlo, arrastra al Partido Popular. Y Biel Company no va a permitírselo.