Varios responsables de la seguridad el día que la Infanta declaró en la instrucción del caso Nóos en febrero de 2014 han admitido este lunes que había funcionarios del juzgado que no tenían que pasar el control al que se sometía a los letrados para evitar que se introdujeran dispositivos de grabación.
El responsable del dispositivo de seguridad y otras personas involucradas en la seguridad aquel día han declarado este lunes como testigos en el juicio a dos abogados acusados de haber grabado a la Infanta desobedeciendo la providencia del juez José Castro, motivo por el que la Fiscalía pide un año de prisión para cada uno.
Un supervisor de la seguridad ha apuntado que había una orden de servicio por la que los funcionarios del juzgado de Instrucción 3 y el de guardia estaban exentos de pasar el exhaustivo control que sí pasaban los abogados y procuradores para comprobar que no introducían aparatos de captación de audio o vídeo. Sí se identificaba a los funcionarios en la puerta, si bien ya eran conocidos por los vigilantes, pero no se les registraba.
Este testigo también ha aclarado que los detectores de metales están preparados para detectar armas pero podrían pasar por alto un aparato con pequeñas cantidades de metal.
Otra persona del ámbito de la seguridad privada del Juzgado ha corroborado que los vigilantes contaban con una lista de los abogados que tenían autorizado el acceso, pero que el médico forense, trabajadores de limpieza, informáticos y personal de mantenimiento tampoco pasaban el control, como los funcionarios, ya que «no se les hace pasar nunca» y había que «facilitar» su trabajo.
Este otro testigo ha confirmado que el control retuvo el smartphone y la tablet de uno de los acusados, Francisco Carvajal.
«La seguridad absoluta es imposible»
Por su parte, el responsable de Policía del dispositivo de seguridad ha ratificado sus declaraciones durante la instrucción de la causa y ha indicado que había funcionarios que no pasaron por el arco sino por un lateral. Por otro lado, no recuerda si los agentes de policía debían pasarlo.
El testigo ha declarado que «la seguridad absoluta es imposible» ya que de hecho «algo se coló» y la declaración de la Infanta Cristina fue grabada y difundida en Internet, pese a que se hicieron dos «barridos» en la Sala la noche anterior y el mismo día antes de la declaración.
También ha reconocido que en la actualidad existen dispositivos «muy sofisticados» con los que se pudo realizar la grabación aunque los responsables de seguridad pusieron «todos los medios humanos y técnicos».
Por otro lado, un policía que trabaja en la seguridad del edificio del Juzgado ha afirmado que él mismo no pasó el control.
Finalmente, uno de los investigadores para esclarecer el origen de la grabación ha mantenido que se hizo desde el asiento que ocupaba uno de los acusados, Francisco Carvajal, si bien descarta la participación de la otra acusada, María del Carmen Jiménez.