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Objetivo: Salvar los ‘lledoners’

Olivia Romero, junto a sus hijos y otros vecinos, se movilizaron este jueves para salvar los dos ‘lledoners’. | M. À. Cañellas

| Palma |

«Estos dos lledoners tienen casi cien años y no molestan a nadie. El Ajuntament ha dado orden de talarlos por un error administrativo, así que no nos ha quedado más remedio que movilizarnos para salvarlos». Vecinos de la calle Corb Marí, en la barriada palmesana de Portopí, se opusieron este jueves a una brigada municipal que se disponía a talar dos veteranos almeces.

Olivia Romero, vecina de esa calle, explicó que todo comenzó por un malentendido, cuando el muro del patio de su casa se movió por las raíces de un árbol y Cort lo atribuyó a un lledoner que estaba en la acera. «Y resultó que no era así, sino que había sido debido a una palmera, que ya retiramos». Olivia pensó que el asunto ya estaba zanjado, pero la maquinaria burocrática se había puesto en marcha.

Orden de tala

Este jueves, a las diez de la mañana, una cuadrilla de Parcs i Jardins formada por un encargado y cuatro operarios contactó con Olivia y le comunicó que iban a talar el lledoner junto a su muro. Y también el otro ejemplar, que está al lado. «Me quedé horrorizada, porque todo era un gran error, así que con mis hijos y otros vecinos salimos a la calle para evitar que cortaran los dos lledoners».

A partir de ese momento, Olivia empezó una carrera frenética para contactar telefónicamente con algún responsable de Cort, «pero me pasaban a una extensión a otra y no arreglábamos nada». La tensión fue en aumento, porque los empleados municipales tenían orden de talar los dos almeces, pero Olivia destacó que «pese a todo, fueron muy amables y respetuosos. Sólo cumplían con su trabajo, pero había que hacerles ver que todo era una equivocación».

La movilización ciudadana no cesó en toda la mañana y finalmente apareció una patrulla de la Policía Local para mediar en el conflicto. Un técnico municipal revisó el documento que ordenaba la tala y poco después de la una de la tarde se decidió suspender el operativo. La presión vecinal había salvado a los lledoners. Por los pelos.

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