Fuentes de Podemos en Palma aseguran que sus líderes de Madrid se quedaron sorprendidos cuando el general de cuatro estrellas José Julio Rodríguez, exjefe del Estado Mayor de las FAS, «se nos ofreció diciendo que era uno de nosotros». La sorpresa fue porque se trataba de un militar de altísimo nivel. Sin embargo, «ya sabíamos» que la formación de Pablo Iglesias «ha despertado muchas simpatías en el seno de las Fuerzas Armadas, en todas sus categorías». El «anhelo regeneracionista está vivo en las conciencias de muchos militares, hartos de una casta política caprichosa, cerrada y corrupta», afirma un dirigente de Podemos en Palma.
La decisión del juez Julio Yllanes de encabezar la lista de Podemos al Congreso en Balears «ha de entenderse en la misma dirección». Yllanes tenía que estar al frente del juicio del caso Nóos y en los últimos años ha mandado al Hotel Son Pardo a destacados miembros del PP, como Eugenio Hidalgo y Jaume Massot. La clave es ¿quién ha convencido a Yllanes? Los dirigentes podemitas mallorquines sonríen cuando se les hace esta pregunta. «Hay gente dentro de la judicatura y de la Administración de Justicia muy próxima a nosotros». Eso significa que los líderes de Podemos se han limitado a esperar y a mantener algunos contactos porque «el trabajo de convicción ha venido desde dentro».
El poder político profesionalizado y asentado en las poltronas desde hace décadas «no querrá verlo, pero estamos ante la punta de un iceberg que pugna por superar el actual estado de cosas y que trabaja por la transformación y regeneración del sistema democrático».
Militares y jueces han llevado sobre sus hombros un peso enorme desde hace más de veinte años. Son personas que han superado oposiciones durísimas para llegar donde están, y luego, a cambio de sueldos menos que mediocres se han visto por un lado inmersos en conflictos internacionales o han tenido que hacer frente a la judicialización de la vida política soportando críticas y arrebatando horas al sueño para no cometer ningún error profesional. Están cansados de la actual situación y de tener que pechar con los errores o las barbaridades cometidas por otros. Por eso algunos de sus elementos más destacados empiezan a dar la cara sin miedo para entrar en el Poder Legislativo.
En esta legislatura del PP con mayoría absoluta en Madrid se han vivido escándalos de toda suerte. Balears ha visto el ingreso en prisión de su expresident Jaume Matas. En Madrid a Rajoy le han metido en la cárcel a su tesorero Luis Bárcenas, al que le pillaron 48 millones en Suiza. Al propio Rajoy le han publicado mensajes SMS en el que da ánimos a Bárcenas («Luis, sé fuerte»). Y han contemplado como el presidente del Gobierno despachaba el asunto con un impresentable «me equivoqué. Lo siento»). En esta legislatura ha abdicado el Rey Juan Carlos a favor de su hijo en paralelo al enjuiciamiento de su hija y de su yerno. «Son demasiados cataclismos políticos».
Con estos mimbres a nadie debe extrañar que personas que han dirigido el despliegue del Ejército por lugares en conflicto en todo el planeta con el riesgo de muchas vidas o que han mandado a políticos a la cárcel, decidan optar por sumarse a un movimiento regeneracionista o «que al menos intenta superar un bipartidismo que se ha quedado petrificado, como si ya fuese un antiguo régimen».
«Si el PP no comprende que esta punta del bloque de hielo puede hacerse más y más grande es que está en Babia. Podemos es mucho más que un paso al frente de un conjunto de profesores, profesionales y trabajadores de izquierdas. Representa la superación de una época. Y el PP sigue mirando al pasado. Se va a llevar una sorpresa». afirman dirigentes de esta organización.