Laura García de Carlos (1971) es la primera médico reservista voluntaria –personal no militar, sino civil, que presta durante períodos de tiempo sus servicios al Ejército– española que ejerce en una zona en conflicto: ha permanecido 66 días en una hospital militar (Role 2) de Herat, en Afganistán.
De Carlos es navarra, pero lleva diez años en Mallorca. Es médico en el Hospital Comarcal de Inca, donde trabaja como intensivista.
«Estábamos en una base en la que trabajaban unas mil personas. El hospital era un Role 2, similar a un hospital comarcal. Dispone de diferentes especialidades: médico de triaje, cirujano, traumatólogo, anestesista e intensivista, además de personal de enfermería y auxiliares. Básicamente atendimos a personal de los ejércitos allí desplegados: deshidrataciones por diarreas, fracturas en las extremidades, alguna insuficiencia respiratoria, etcétera. No atendimos a militares, ya que el Ejército se está replegando y ahora casi no sale de la base. Tuvimos la oportunidad de atender también a población afgana», añade.
«¿Por qué me hice reservista voluntaria? Pues porque para mí era una oportunidad para salir y trabajar en una zona de guerra, en conflicto. Pero también porque admiro la disciplina y el funcionamiento del Ejército, algo que para mí es muy importante. Y por otra razón: porque soy intensivista y esta especialidad médica se ocupa de los casos muy graves», señala.
Preguntada por cómo ha reaccionado su familia, García de Carlos confiesa que «una parte me decía que era valiente por irme dos meses a trabajar como médico a una zona de guerra y otra parte me decía que no estaba de acuerdo porque, entre otras cosas, soy madre de dos hijos. Es lo que tenemos los navarros: la sinceridad».