Hace 165 años, en 1850, Almacenes Casa Roca abrió sus puertas en la calle Hostals de Palma de la mano de Francisco Roca, comerciante llegado de Barcelona, que comenzó vendiendo papel de fumar y cerillas. Hoy, el negocio sigue en manos de Catalina Torrents, quinta generación de la familia, quien reconoce haber puesto su corazón en él y que el sábado recogió el premio Jaume II con motivo de la Diada de Mallorca.
Casa Roca es uno de los cada vez más escasos comercios centenarios del centro de Ciutat que ha sobrevivido a «numerosas crisis, no solo a la actual», declara su dueña, así como a la voracidad y horarios de las grandes superficies. El verdadero visionario de la familia, reconoce, fue su abuelo, Domingo Torrents Roca, quien en 1929 adquirió una entrada de carros adyacente al negocio para su ampliación. El comercio conserva numerosos elementos originales de esa época, que a diario son fotografiados por turistas.