La náutica de lujo está teniendo este verano un comportamiento excepcional en los clubes y puertos de Balears, ya que el número de reservas de atraque ha crecido de forma considerable como consecuencia de la eliminación del impuesto de matriculación para los yates de alquiler, beneficiando con ello a las esloras superiores a los 30 metros.
El efecto directo de la llegada de yates con más eslora es que ello permite la llegada de un turismo de alto poder adquisitivo, generando en su entorno un impacto económico que beneficia a la oferta de restauración, complementaria, rent a car, comercial, en las grandes superficies y supermercados de alimentación ubicados en las zonas portuarias.
El Club de Mar y Port Adriano son el vivo ejemplo de lo que está pasando en otros puertos deportivos de las Islas. «Hay más alegría, más solicitudes de atraque y ello está beneficiado a toda la oferta de servicios de la zona y de Palma, en particular», señala José Luis Arrom, del Club de Mar.