Ante lo sucedido en las urnas este pasado domingo en Grecia cabe esperar como mínimo dos reacciones.
Por una parte, la alegría poco disimulada de quienes creen que con el 'no', los ciudadanos griegos reclaman su papel de una forma clara y rotunda como parte activa en la negociación que muy posiblemente les hipotecará a ellos y a los suyos durante mucho tiempo.
Por otro lado, aquellos que quizás algo espoleados por el miedo y la incertidumbre, opinan que no aceptar las recetas de los que les prestaron los dos anteriores rescates sólo puede deparar un futuro peor.
En Balears, pese a la distancia, se reflejan estas dos posturas, aunque parece claro que a los primeros se les ve un poco más.
Entre los felices por el 'oxi' –no- heleno destacan los dos socios de gobierno de los socialistas en instituciones como el Govern, el Consell o el Ajuntament de Palma.
Tanto representantes de Més como de Podemos se manifestaron antes de la celebración del referéndum apoyando claramente lo que para ellos implica la negativa al sometimiento a los grandes poderes y al capital.
Ya con los resultados en la mano, el teniente de Alcalde de Cort, Antoni Noguera (Més) aseguró a través de su perfil en Twitter que «la democracia griega gana a la dictadura de la Troika», afirmando además que el mensaje tras la consulta era claro: «las personas primero».
En la misma línea, su compañero de filas y diputado autonómico David Abril consideró sobre la renuncia del ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, que demuestra, con su retirada, ser «mil veces más digno y honesto que cualquiera de los 'pájaros' del Eurogrupo».
En una línea parecida, la diputada Laura Camargo (Podemos) calificó la efeméride como «una victoria contra el miedo», y dijo que el portazo de la población a las políticas de la austeridad representa un «triunfo histórico» de la rabia y el orgullo que «le han podido al terror».
Por su parte, ni PSIB ni tampoco PP han querido hacer este lunes demasiada valoración al respecto. Hay que recordar que ambas direcciones nacionales, en su afán por debilitar a aquello que algunos califican de populismos, apostaron comprometidos con la posición que finalmente resultó perdedora, y que de momento, se ha saldado con la dimisión de uno de sus dirigentes.