Profesionales del mundo taurino, peñas y aficionados en general habían sido llamados para recoger firmas y con ellas elevar al Consell de Mallorca una petición para que la tauromaquia sea declarada Bien de Interés Cultural.
El acto, que tuvo lugar en la plaza de toros de Inca, ha sido aprovechado igualmente por los colectivos antitaurinos, que no dudan en calificar de “ridículo” el encuentro, en el sentido de que “aquello que pretendía ser un acto de fuerza y apoyo a la tauromaquia en la isla, se convirtió en una pequeña reunión de amigos”, con cerca de setenta asistentes.
Así, el coordinador de la campaña Mallorca Sense Sang, Guillermo Amengual, cree que hay argumentos para afirmar que la isla demuestra una vez más que no es taurina, y que si esta actividad sobrevive esto es “gracias a los intereses privados de algunos políticos, el endeudamiento de los Ayuntamientos, el regalo masivo de entradas a los centros escolares de algunas comunidades y al engaño de los turistas”.