Los restauradores de Santa Catalina y la zona de la Llotja responsabilizan al Ajuntament de Palma de que se superen los niveles de ruido permitidos, ya que aseguran que no se está cumpliendo la ordenanza cívica.
El presidente de la Asociación de Restauración de Mallorca, Alfonso Robledo, denunció que los artistas callejeros siguen actuando y que sigue habiendo botellón en el Passeig Marítim, frente a la Llotja.
Los restauradores critican que se sienten acosados por algunos vecinos, que los denuncian constantemente por temas como no tener la carta en Braille o por el aparcamiento de bicis.
Al mismo tiempo, reprochan que los agentes que acuden a los restaurantes no obliguen a callarse a las personas que están gritando en la calle, fuera de los establecimientos.
A todo esto hay que añadir, que los restauradores consideran que las mediciones que ha realizado el Consistorio no son correctas; se han realizado durante seis meses y no durante un año.
Unos 60 restauradores abordaron este lunes estos temas en la Cámara de Comercio y decidieron presentar alegaciones a la normativa municipal.