«Sé que faltan cosas por hacer. Y que hay gente que no ha visto satisfechas sus expectativas, que se han podido sentir decepcionadas. Yo les pido disculpas porque me siento responsable». Así quiso terminar el alcalde Mateo Isern su último debate del estado de la Ciutat de este mandato. Las palabras del alcalde sonaron a despedida, aunque durante algunos momentos de su intervención dejó la puerta abierta a optar a la reelección. La oposición vaticinó que el PP no gobernará la próxima legislatura, a lo que Isern respondió que «no tengo ningún problema en no ser el alcalde, pero el que lo sea deberá aprender a hacer política de otra manera; no es posible gastar lo que no se tiene, no se podrá endeudar como hacían ustedes». Pese a que reconoció que ha cometido errores, reiteró que Palma está mejor que hace tres años.
Paro. El alcalde destacó que en Ciutat lleva 20 meses consecutivos bajando el paro, que la contratación se ha incremetado un 10 % respecto al año pasado y que la contratación indefenida ha crecido un 35 %. Isern lo comparó con el final del pasado mandato y subrayó que el número de desempleados se ha reducido un 10 % y recriminó que con el Pacte aumentó un 300 %.
La portavoz del PSOE, Aina Calvo, reconoció que «es un buen indicador que bajen las cifras del paro, pero también hay 9.000 afiliaciones menos que en mayo de 2011». El portavoz de Més, Antoni Verger, atribuyó la bajada del paro a que muchos ciudadanos se han ido y otros han dejado de estar incritos en las listas del SOIB. «La realidad es que vivimos en una ciudad con más de 12.000 familias con todos sus miembros en paro».
Palacio de Congresos. Isern reiteró que «aunque es un tema que está liderando el Govern, me consta que está a punto de solventarse». El alcalde recordó que cuando tomó posesión las obras estaban paradas y se debían 32 millones. «En estos tres años, junto con el Govern, hemos ejecutado un 80 % de las obras y pagado más de un 60 % del proyecto. Pero lo reconozco, no hemos sido capaces hasta ahora de solucionarlo de forma definitiva».
Calvo confesó que se siente responsable de la situación del Palacio de Congresos, «pero no de la paralización». La exalcaldesa recordó que «Álvaro Gijón y Carlos Delgado instaron unilateralmente a paralizar las obras y ahora estamos en las peores condiciones. Ya no podemos acompañarles». Además, aseguró que el PP ha renunciado a los fondos estatutarios y a la Ley de Capitalidad; a lo que añadió que la paralozación de las obras ya cuestan 11 millones de euros.
Verger apostó por desmontar el Palacio de Congresos porque «será un pozo sin fondo». A la propuesta de los ecosoberanistas, el alcalde argumentó que es mejor poner los 30 millones que faltan para terminar las obras. «Estoy de acuerdo, probablemente no es el mejor lugar, pero después de haber gastado 100 millones que al menos tengamos el Palacio de Congresos para desestacionalizar Palma».
Gesa y el casino. Respecto a la fachada marítima y el edificio Gesa, el alcalde reconoció que esta legislatura «no será posible concretar soluciones o propuestas debido a la inseguridad jurídica que provocan los más de 20 contenciosos que están pendientes de resolución, así como la falta de disponibilidad económica».
Isern también se refirió al casino, del que aseguró que «es un proyecto que añadirá dinamismo a la zona del centro». No obstante, precisó que tiene que cumplir la ordenanza de usos del centro histórico y precisó que hoy no la cumple.
Ordenanza cívica. «Es una de las cosas más importantes de la legislatura porque permitirá dar solución a medio-largo plazo a un 90 % de las consultas y reclamaciones que me hacen los ciudadanos». Así, se refirió el alcalde a la ordenanza cívica, de la que quiso precisar que no aborda únicamente la prostitución.
La portavoz del PSOE expresó su preocupación por la denuncia que ha realizado Metges del Món sobre «la persecución policial de la prostitución». Además, advirtió de «las nefastas consecuencias que puede tener la ordenanza cívica, que según el nuevo intendente es descafeinada porque sólo prevé multar a los clientes».
Deuda. Isern reiteró que Cort está negociando con el Ministerio de Hacienda para que en 2015 le permita amortizar la menor cantidad de deuda posible para poder destinar esos recursos a servicios. «O pago a los bancos o nos cierran la caja», espetó el alcalde, que negó que su prioridad sea pagar a las entidades financieras.