Son muchas las familias que, lejos de vislumbrar el final de la crisis, aún se encuentran inmersas en un túnel sin salida. El elevado coste de la vida no ayuda a invertir esta tendencia y los ciudadanos tienen muchas dificultades para hacer frente al pago de recibos.
El año pasado, Cáritas Mallorca destinó alrededor de 41.000 euros a pagar facturas de consumo energético, principalmente luz, y gas, en menor medida. Se trata de casi el doble de la cantidad que se dedicó en el 2012 a ese mismo fin, 22.100 euros, según datos de la entidad. Los datos corresponden a Palma, de modo que la cuantía podría ser aún mayor, ya que en la mayoría de municipios de la Part Forana las ayudas se dan a través de las parroquias.
De acuerdo con la nueva terminología, podría decirse que la pobreza energética se ha incrementado de forma considerable en los últimos tiempos. Cáritas Mallorca ayudó a pagar el recibo de la luz a 460 familias en 2013, frente a las 130 de 2012. Sin embargo, no se trata de usuarios que se hayan dirigido por primera vez a la entidad, sino que la factura eléctrica ha supuesto un obstáculo más en su día a día.
«La mayoría de familias que han solicitado recursos para pagar facturas eléctricas son usuarias de Cáritas», explicaron el secretario técnico de la entidad, Llorenç Riera, y una de las trabajadoras sociales, Laura Abraham, quien detalló que el nivel de endeudamiento de muchos hogares «es tan elevado que ya no pueden incrementarlo más».
Incremento
Desde Cáritas indicaron que los recibos de la luz se han incrementado de forma considerable en los últimos meses. Además, «los meses de invierno son los peores», sostiene Laura Abraham, ya que «ha finalizado la temporada turística y con la llegada del frío se usan más los aparatos eléctricos». Sin embargo, la mayoría de familias «son cautas». Los trabajadores sociales han constatado que van con mucho cuidado a la hora de gastar: «Encienden los radiadores justo cuando los niños llegan del colegio, intentan no abusar a la hora de la ducha y si pueden cocinar una vez para varios días lo hacen», explican.
Gracias al acompañamiento que hacen los trabajadores sociales de Cáritas a las familias, y con la ayuda de los voluntarios de cada barrio, la entidad conoce los usuarios a los que presta ayuda. Actualmente, en Palma hay un equipo de 21 trabajadores sociales -más los voluntarios- que se dedican a orientar y a priorizar qué tipos de subsidios requieren las familias.