Somos muy afortunados. Probablemente somos una de las comunidades autónomas más afortunadas. ¿Por qué - se pregunta - en estos momentos de incertidumbre? Efectivamente, tenemos la gran suerte de poder vivir en un lugar tan maravilloso como son las Islas Baleares. Es cierto que nos encontramos tan acostumbrados a este lugar tan privilegiado, que en muchas ocasiones se nos olvida valorarlo.
Sin embargo, negras nubes amenazan nuestras islas. Nubes de petróleo y avaricia. Esta realidad nos recuerda que somos una comunidad fuerte, una comunidad que ama e íntimamente ligada a sus islas.
Además, estamos demostrando que somos gente dispuesta a luchar unida para evitar cualquier amenaza para estas tierras. Hace poco más de tres años, el Gobierno otorgó una concesión a la empresa petrolera Cairn Energy para iniciar los trámites previos a las prospecciones en el Golfo de Valencia, situado a escasos kilómetros de nuestras costas. A día de hoy, la codicia del Gobierno central continúa la línea de lo que se le concedió a esta empresa escocesa, y está haciendo todo lo posible para que esta empresa lleve a cabo actividades de alto riesgo para nuestro ecosistema, para nuestras playas, para nuestra economía.
Este no es el único proyecto confinado en el mar balear. Pocos días atrás hemos conocido la solicitud de varios permisos por parte de otras compañías, dejando nuestro archipiélago rodeado de potenciales industrias de extracción de hidrocarburo.
El rechazo unánime a estas prospecciones es una realidad flagrante, nadie en esta sociedad quiere petróleo en sus costas. Es cierto que, desafortunadamente, tenemos una dependencia casi total del viscoso “chapapote”. Y también es cierto que no se puede decir NO a algo sin decir sí a otra. Nosotros consideramos necesario un cambio sustancial en el modelo energético hacia energías más verdes y sostenibles.
El despliegue actual organizado a raíz de un movimiento ciudadano espontáneo, ha acercado esta realidad al resto de Ciudadanos. Esta intensa lucha no ha sido liderada por instituciones, sino por la ciudadanía, que ha marcado ejemplo y ha convertido el proceso en un hecho histórico para las Islas Baleares. Con Ibiza como epicentro, la reacción ciudadana se ha expandido más allá de nuestras costas para convertirse en un fenómeno globalizado, recibiendo apoyo desde todas partes del mundo. Prueba de ello es la enorme tarea que está llevando a cabo el equipo de voluntarios. Auténticos héroes anónimos que han aportado todo su tiempo, fuerza y energía para que hoy podamos estar comunicando desde aquí, han sido más de cien mil alegaciones firmadas en poco más de tres semanas.
Desde las Baleares dice NO nos hemos sumado desde el principio a la labor de difusión y concienciación iniciada por Amigos de la Tierra, La Alianza Mar Azul y Los movimientos Ciudadanos hermanados Ibiza DIU NO, Mallorca DIU NO, Formentera Azul y Menorca DIU NO, ya seamos autóctonos o de fuera, nacidos en Baleares o extranjeros, estamos hoy aquí, unidos por una causa: detener este despropósito.
Las islas nos reciben a todos con a los brazos abiertos y nos entregan su riqueza porque la disfrutamos y vivimos de ellas. Es por eso que es una obligación para nosotros, ciudadanos de Baleares, decir NO a quedarnos sin aguas cristalinas, NO a la destrucción de la flora y fauna marina, NO a destruir el motor de nuestra economía, NO a la masacre de la riqueza natural, NO a un legado vulnerado para nuestros hijos, NO a las prospecciones petrolíferas en Baleares.