El magistrado José Castro interrogó con insistencia a la Infanta sobre el préstamo que el Rey hizo a su hija en el año 2004 y que fue descubierto en uno de los informes de la Agencia Tributaria. El juez preguntó y repreguntó a la imputada si se trataba de una donación encubierta o era un préstamo real. Cristina respondió siempre en el sentido de que tenía que devolver esa cantidad y que lo hacía «como podía». El hecho es que esa deuda consta arrastrada en la declaración de Patrimonio de la Infanta desde el año 2004 hasta el 2012 y que en ese tiempo sólo se habían devuelto 150.000 euros.
La insistencia de la interrogada en que se trataba de un préstamo llevó a que el juez insistiera: «¿No ha iniciado su padre ninguna acción legal para recuperar ese dinero?». La Infanta entonces respondió con un «es mi padre», con el que se zanjó esa línea de interrogatorio por parte de Castro.
En su auto, el propio Castro había señalado que: «Es un hecho natural y frecuente que un padre ayude a su hija a la financiación de la compra de su vivienda». Sin embargo, en el interrogatorio trató de indagar si en realidad era una donación encubierta. Si se tratara de esto, la tributación habría sido diferente y, en ningún caso podría haber surtido efecto en la declaración de patrimonio para reducir la base sobre la que se pagaba ese tributo. La Fiscalía se había opuesto a investigar esta transferencia porque cualquier delito habría prescrito y, en noviembre, el juez aseguró que no había recabado ningún informe al respecto.