El pleno del Consell de Mallorca aprobó el 2 de enero de 1984 la bandera que debía representar la isla. Lo hacía en los siguientes términos: «La bandera de la isla de Mallorca será la concedida por el Rey Sancho al Reino de Mallorca, en documento de 1312, y asumida tradicionalmente por los mallorquines como enseña propia». La propuesta contó con el respaldo del PP (entonces Alianza Popular), PSOE y Unió Mallorquina. En contra votó el único diputado del Partit Socialista de Mallorca presente en el debate, Sebastià Serra, el cual presentó un diseño alternativo también amparado en la historia.
El nacionalista Sebastià Serra, historiador, recordó en su intervención que el diseño que realizaba la mayoría del Consell apenas tenía tradición, toda vez que correspondía el dibujo presentado por el cronista de Palma Benet Pons i Fàbregues en 1907, que realizó una confusa adaptación de un documento de 1312 en el que el rey Sanç instituía un símbolo para los jurados de la universidad mallorquina de la época, según detalla el profesor de la UIB Gabriel Bibiloni en un amplio estudio sobre la materia. Esta misma bandera es la oficial de Palma, según consta en la vigente ley de capitalidad.
El político del PSM defendió como bandera propia de Mallorca la cuarteada, datada en torno a 1325 -poco años después de la concedida por el rey Sanç-, en la época de Jaume III. El fondo de los cuarteles del castillo es azul, mientras que los dos restantes incorporan las cuatro fajas. Esta tesis, que también avala el profesor Bibiloni, invalida la tesis de Pons i Fàbregues que se ha mantenido hasta la actualidad.
Mientras AP, mediante su portavoz, en conseller Jaume Llompart, apelaba «sin discusión posible» a la bandera propuesta como la representativa de Mallorca, el entonces representante del PSOE, Fèlix Pons, evitaba la polémica historicista y defendía que el diseño que finalmente contó con el apoyo casi unánime de la institución señalando que «no se trata ahora de sentar de manera definitiva qué bandera ha sido en la historia la de Mallorca. Se trata de saber cuál es la que queremos que sea del pueblo mallorquín y cuál es la que creemos que el pueblo tiene como suya. Es una cuestión de intuición política». Con estos argumentos los socialistas se adhirieron a la propuesta que presentó el que en 1984 era el presidente del Consell, Jeroni Albertí.
La polémica
El diseño de los principales símbolos institucionales de Balears siempre han estado precedidos de importantes polémicas, como lo demuestra la artificialidad de la bandera de la Comunitat Autònoma, que no tiene ninguna apoyatura histórica y responde a un acuerdo políticos para desencallar la cuestión. Se había creado una comisión de expertos en 1979, a iniciativa del Consell General Interinsular que propuso ampliar la bandera de Mallorca como representativa de todas las Islas.
De hecho, como recuerda el responsable de protocolo del Consell, Antoni Salom, la Diputación Provincial no tenían ninguna bandera representativa, «en el balcón sólo ondeaba la bandera de España» (el franquismo había prohibido las banderas regionales), mientras que en el interior sólo constan los escudos de las tres islas. De hecho, Menorca y Eivissa incorporaron sus respectivos escudos sobre la bandera cuatribarrada.