Los docentes de las Islas regresan hoy al trabajo en un ambiente tan o más crispado que el que dejaron el 30 de junio. Lo más probable es que el curso no comience –en la escuela pública– el día 13 como estabaprevisto, porque la amenaza de la huelga, al menos ese día, es más que cierta.
La huelga. La convocatoria de la huelga indefinida está siguiendo un doble camino. Por un lado, la Assemblea de Docentes, en la que están representados también algunos sindicatos, está tratando de recoger las 4.000 firmas que precisa (el 40 % del claustro de profesores de Balears) para convocar de forma legal una asamblea en la que se votaría la convocatoria de la huelga. Hasta el momento llevan algo más de mil y esperan que con la vuelta de los docentes a los centros se puedan reunir las que faltan para el día 4 poder celebrar la asamblea que está anunciada. De no lograrse esas firmas, la huelga podría ser convocada directamente por los sindicatos. Pero aquí las centrales sindicales se la juegan, sólo si están seguros de un amplio apoyo lo harán. En octubre hay una cita vital, que es la negociación del Estatuto Docente, a nivel nacional, y ahí es donde los sindicatos tienen que poner toda la carne en el asador. Además a nivel estatal hay convocadas otras protestas, contra la nueva ley educativa y, de los estudiantes, contra el decreto de becas del ministro Wert.
Las familias. Desde FAPA han reconocido «entender y compartir» los motivos de la huelga, pero esperan que ésta se evite y para ello responsabilizan a la Conselleria y la instan a negociar.
Oscurantismo. No se sabe aún si la plantilla docente crece o decrece con respecto al año pasado. La Conselleria d´Educació se niega, al menos hasta ahora, a dar las cifras. No dice cuántos interinos están siendo llamados estos días para cubrir las últimas plazas vacantes, ni qué plazas se están adjudicando. La era Camps está siendo la más oscurantista de cuantas se recuedan. En julio se adjudicaron 1.917 plazas a interinos, de ellas 500 era a media jornada.