Carmen Orte (Santander, 1956) fue cesada ayer de forma oficial como directora de la Universitat Oberta per a Majors (UOM), según publicó el Full Oficial de la UIB. La impulsora y única directora hasta ahora de la UOM es licenciada en Psicología (número 1 de su promoción), doctora en Ciencias de la Educación y catedrática de Universidad en Pedagogía de la Inadaptación Social (la única catedrática en el ámbito de las Ciencias de la Educación de la UIB).
—¿Qué siente ante esta decisión del rector?
—Siento sobre todo perplejidad, porque me parece injusta. Yo impulsé, junto a Martí March, la UOM en 1998, incluso el nombre se lo puse yo, y tengo la propiedad intelectual del proyecto, de los diplomas que hay en marcha, de la universidad de verano...
—¿Ha sido cesada por su apoyo al rival de Huguet en las pasadas elecciones, Antoni Riera?
—La razón que me dio el rector fue que era un problema de confianza política y de ahí no logré sacarle. Es cierto que había personas que rumoreaban que si Huguet era elegido rector yo sería cesada, porque no somos los más amigos del mundo, pero, de verdad, pensaba que todo el trabajo realizado en este proyecto pesaría más que otras cuestiones extra académicas. Entiendo que cualquier universidad debe apostar por aquellas personas que traen proyectos originales, traen dinero para ellos y realizan publicaciones y proyectos internacionales que son referencia de muchas universidades que tienen proyectos parecidos. Pero si pese a todo ello te cesan, qué sentimiento se puede tener más que el de perplejidad. Un rector se supone que vela por la investigación, la docencia y el prestigio social y todo eso lo reúne la UOM.
—¿Se siente perseguida por su ideología?
—Para eso hay que tener primero una ideología. Yo tengo mis fobias y mis filias, como todo el mundo, pero nunca las he hecho servir para mi trabajo. Y la prueba es que en estos 15 años he conseguido financiación para proyectos de partidos de todos los colores. En la UIB nos conocemos todos y el problema es que en el entorno del rector sólo se quiere en cargos a personas afines. Yo les definiría como poco universitarios, poco académicos, que se dedican más que nada a intrigar. Y hay personas que siempre son del entorno de quien gobierna y que han tenido cargo, carguito o cargazo desde la época de Nadal Batle y eso no deja de ser sorprendente. No creo ni me identifico con esta clase de universidad clientelar.
—¿A partir de ahora, qué?
—A mí lo que me avala es el trabajo y yo me considero sobre todo investigadora y docente. También digo que dada la situación me siento aliviada, lo importante es estar bien con uno mismo y las decisiones que uno toma también le definen. Recibo muchas cartas de agradecimiento de alumnos y alumnas de la UOM, también poesías.
—¿Seguirá trabajando para la UOM?
—Por supuesto, seguiré vinculada a la UOM en calidad de todo.
—La UOM nació precisamente durante el anterior mandato de Huguet...
—Sí, y tuvimos que luchar contra los elementos, no mostró interés. La única rectora que realmente apostó por la UOM fue Montserrat Casas.
—¿Ya sabe quién será su sustituto/a?
—Se han barajado varios nombres, pero ninguno tiene nada que ver con la educación de mayores. Supongo que hasta septiembre no se sabrá.