La Asociación de Salas de Fiestas de Balears critica la proliferación en aguas de Mallorca de las «party boats», fiestas a bordo de golondrinas y catamaranes, en las que los turistas disfrutan durante ocho horas de un todo incluido, lo cual, en opinión del presidente de esta patronal, Jesús Sánchez, «provoca una competencia desleal y un daño a la imagen de la Isla por el espectáculo negativo que ofrecen los participantes en este tipo de excursiones».
Sánchez, que ha mantenido contactos con la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, y el portavoz de la Comisión de Turismo en el Congreso de los Diputados, Enrique Fajarnés, para poner coto al vacío legal existencia, denuncia la falta de una regulación específica para esta actividad, «porque ello está provocando que el 80 % de las excursiones que se programan son clandestinas y al margen de cualquier tipo de control».
Preocupación
La Direcció General de Ports i Aeroports ha identificado un total de 34 empresas dedicadas a la actividad de party boats en las Islas, de las cuales 32 no tienen la documentación en regla, aunque 16 ya han iniciado toda la tramitación preceptiva para poder operar de forma legal.
Jesús Sánchez añade que por una media de entre 30 y 45 euros «los turistas disfrutan de una excursión que llega a durar unas ocho horas, de las 15.30 hasta las 11.30 horas. Los lugares de embarque se realizan, de un modo mayoritario, en Palmanova-Magaluf, porque sus principales clientes son británicos. En algunos lugares donde atracan, los vecinos de las urbanizaciones ya han planteado quejas por el ruido que se emite a bordo de estos barcos. A esto hay que sumar el estado lamentable con el que algunos turistas llegan, afectando ello a las zonas turísticas».
Deudero puntualiza que desde hace dos años se está intentando regular esta actividad en colaboración con la Marina Mercante, Capitanía Marítima, Consells, ayuntamientos y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil.
«Exigimos la comunicación previa a las empresas para que haya un control, circunstancia que ha propiciado que se hayan incoado este verano expedientes en Mallorca. Todos coincidimos en que hay que regular esta actividad», afirma Deudero.