La implantación progresiva en las Islas del autogás, término que se utiliza para referir al Gas Licuado de Petróleo (GLP), supondrá una importante reducción de la contaminación medioambiental, ya que su uso reduce las emisiones de CO2 en un 15 %, con el consiguiente impacto positivo en un destino turístico como Balears.
En estos momentos, existen en Palma seis puntos de suministro que abastecen a la flota de coches que se han adaptado y homologado a este sistema. Tolo Ponsel, de Suato, puntualiza que «es el combustible alternativo más utilizado en el mundo y es el único, a día de hoy, que tiene posibilidades reales de implantarse de forma efectiva en el gran público».
Evolución
Su penetración en el mercado será progresiva, siendo en estos momentos Repsol el único comercializador en Balears de GLP. Se trata de una mezcla de butano y propago, del que el 60 % viene de pozos de gas y de recursos naturales y el 40 % restante del refinado del petróleo. Los vehículos lo almacenan en un depósito preparado ad hoc, que es instalado por talleres especializados cumpliendo todas las medidas de seguridad homologadas a nivel europeo.
Este sistema novedoso en Balears, no así en la Península y en Europa, donde existen casi siete millones de vehículos alimentados por autogás, sin contar los más de 1.400 autobuses urbanos utilizados en 25 ciudades europeas, según los concesionarios de coches va a tener una gran demanda porque se reduce un 50 % el gasto frente a la gasolina y un 30 % frente al diesel.
Las medidas de seguridad implantadas a nivel mundial, han hecho variar las normativas para evitar que los vehículos con gas puedan estar aparcados en párkings subterráneos. El último ayuntamiento que lo impedía era Palma, pero Cort derogó el pasado 16 de abril esta prohibición.