El Comité de empresa de Serveis Ferroviaris Mallorca (SFM) ha anunciado este miércoles que, tras agotar todas las vías de diálogo con la empresa, va a denunciar «ante los organismos competentes» las «irresponsabilidades» que se han cometido con la nueva línea de metro que une Palma con Marratxí.
El Comité ha alertado en un comunicado de que la nueva línea de metro entre Palma y Marratxí que la dirección de la empresa ha inaugurado ya existió durante un tiempo como tren de cercanías y bajo la denominación de «corto a Marratxí», por lo que «el cambio de nombre se debe a una estrategia de marketing con la que pretenden enmascarar las estadísticas de usuarios».
En opinión del Comité, convirtiendo a los viajeros de tren en usuarios de metro, SFM está intentando tapar los sobrecostes «de millones de euros» de este servicio.
El Comité de empresa de SFM ha asegurado que con «este trile» de nomenclatura la empresa ha exportado además el sistema de funcionamiento de la línea de Metro Palma-UIB, que posee unas características de funcionamiento y seguridad propias.
De este modo, se impone una figura como la conducción en agente único que supone «un ataque contra la seguridad ferroviaria y de los usuarios de dichos convoys, ya que implica que el maquinista vaya solo en los trenes, sin cumplir las medidas de seguridad necesarias para ello», ha reprobado.
El Comité ha señalado que esta forma de funcionamiento supondrá que un porcentaje elevado de usuarios no podrán abonar su correspondiente billete, como ya ocurre en el metro, al no dotar a estos «trenes-metro» de revisores, «lo que potencia el fraude en la red ferroviaria».
«La solución de la empresa ha sido malgastar casi 1.000 millones de las antiguas pesetas, 5,5 millones de euros, en instalar máquinas de venta automática en las estaciones afectadas por este trayecto», ha criticado el Comité, que ha apuntado que con esa cifra se podría haber contratado hasta su edad de jubilación a todo el personal que realizaba estas tareas y que fue despedido.