El presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Antonio Rodríguez-Campra, defendió en Palma la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) como «buena herramienta para la reducción del fracaso escolar», aunque lamentó que se quede un poco corta en planteamientos de autonomía de los centros.
Tras la reunión mantenida ayer, junto a Magdalena Mateu, presidenta de CECE-Balears, con el presidente del Govern, José Ramón Bauzá, y el conseller d´Educació, Rafael Bosch, Rodríguez-Campra declaró que la ley redactada por el Gobierno central «apuesta por la cultura de la evaluación y el esfuerzo», algo que consideró positivo para atajar la situación de la enseñanza en España, «porque un 30 % de fracaso escolar no hay país que lo sostenga, es un dato peor aún que el del paro», aseguró.
También apuntó que éste se reduce con el aumento de centros concertados respecto a los públicos «como regla general» en las comunidades autónomas. Y desmintió que la calidad de la enseñanza mejore con un menor número de alumnos por aula, una afirmación que aseveró que «está demostrado que es radicalmente falsa».
Rodríguez-Campra rechazó que la nueva ley beneficie a la enseñanza privada, «sino que refuerza la cultura del esfuerzo, de la evaluación y una mayor autonomía de los centros y eso creemos que es beneficioso para todos los centros, públicos o privados».
La CECE representa en las Islas a entre 25.000 y 30.000 alumnos.