Mucha gente, alrededor de 150.000 personas según la Policía Local, aunque aparentemente parecía haber más que el pasado año, y acertada decoración y ambientación infantil en las carrozas que participaron ayer en la Cabalgata de Reyes en Palma. Puntuales como cada año, y en esta edición con la llegada media hora antes de lo habitual, a las 17.30 horas, atracaba la goleta turca Alània y descendían Melchor Gaspar y Baltasar, que eran recibidos por el griterío de cientos de niños y el presidente de la Autoridad Portuaria, José María Urrutia, junto al regidor de distrito centro y Platja de Palma, Joan Pau Reus.
La espera mereció la pena para los niños y niñas que durante hora y media aguardaban en el Moll Vell, ya que los Reyes Magos fueron saludando durante el paseo hasta llegar a las carrozas reales.
La cabalgata arrancó en Antoni Maura encabezada por la Banda Municipal de Música, gegants y caparrots, los Tamborers de la Sala y xeremiers. La estrella con bailarinas de la escuela de danza Francisca Tomás, seguida de l'Adoració protagonizada por un ángel de grandes alas. La bústia y cartas reales ponían color a un espectáculo que sorprendía al público. Grandes y pequeños disfrutaban de cuanto sucedía bajo una gran lluvia de caramelos. Un equipo de divertidos payasos a bordo de un tren se encargaban de recoger chupetes a los más pequeños y a cambio les recompensaban con un estupendo regalo.