Antoni Pastor despejó todas las incógnitas y anunció, retando directamente a la dirección del PP, que continuará al frente del Ajuntament de Manacor y que mantendrá su acta de diputado autonómico, una vez el comité de derechos y garantías del PP acordara este miércoles suspenderle de todas las funciones como cargo público con el objetivo de expulsarlo de la formación. Además, compareció en rueda de prensa en Manacor junto a la primera y segunda teniente de alcalde, Catalina Riera y Sebastiana Sureda respectivamente, y con el apoyo entre el público de varios regidores.
De este modo, Pastor quedará como diputado no adscrito en el Parlament y alegó que «se que será una labor difícil pero continuaré defendiendo lo que pienso y lo que crea mejor para los ciudadanos de las Illes Balears desde el máximo rigor». Ayer ya se puso en contacto con Pere Rotger, presidente de la cámara autonómica, para que le informara de su nueva ubicación en el hemiciclo y sus y funciones de cara al pleno del próximo martes.
En relación a Manacor, a primera hora de la mañana de ayer reunió a 8 de sus 10 regidores del equipo de gobierno, todavía en el PP, -a excepción del senador Llorenç Bosch y Antoni Servera alineados con las tesis de José Ramón Bauzá-, que le brindaron su incondicional apoyo para mantenerse en la Alcaldía. Así, Pastor mantendrá el gobierno municipal con Catalina Riera, Sebastiana Sureda, Francisca Rufiandis, Roberto Flores, Maria Bover, Antoni Sureda, Cristina Matamalas y Maria Magdalena Sureda. Pastor confirmó que los dos ediles de AIPC, actuales socios, también le apoyarán sumando 11 regidores y la mayoría absoluta.
Fuerza y apoyo
«Mis regidores me han pedido que siga y lo haré, sólo ellos me pueden pedir que dimita. Mientras tenga fuerzas y apoyos seré el alcalde de Manacor porque por algo nos votaron» afirmó.
Dada su suspensión como presidente del PP de Manacor, la vicepresidenta Catalina Sureda asumiría la dirección del partido.
Con todo, Pastor lamentó que «todavía no tengo la notificación de mi suspensión» -el PP comunicó ayer a Madrid su expulsión, que podría ser efectiva en apenas dos semanas-, a la vez que dudó del procedimiento porque «no me he podido defender aunque visto lo visto volvería a hacer lo que hice. Estoy muy tranquilo y pienso que he hecho lo correcto», en referencia a haber roto la disciplina de partido en la votación sobre la ley que rebaja la exigencia de catalán en la Administración. Así volvió a apelar al consenso lingüístico ya que «la lengua es un elemento de cohesión social y no de enfrentamiento» y recordó el acuerdo conseguido en 1986 con la Llei de Normalització Lingüística.
Para este sábado, vía redes sociales, se ha convocado a las 12 en la plaza de sa Bassa de Manacor una concentración de apoyo a Pastor.