El presidente del Govern, José Ramón Bauzá, confesó ayer que los altercados violentos que han tenido lugar esta semana en Manacor, Inca y sa Pobla «han supuesto una gran decepción para mí» por «la equidistancia con la que algunos se han deslizado, intentando justificar lo injustificable». Bauzá esperaba una condena rotunda a «quienes pretenden condicionar la acción democrática con comportamientos fascistas y totalitarios» y pidió «a las organizaciones próximas a estos movimientos, que si todavía pueden, hagan un esfuerzo por encauzarlos dentro de los amplios márgenes que da la democracia». El president advirtió que el PP no va renunciar a seguir cumpliendo con sus compromisos ni a «trabajar para ampliar las libertades de las personas» y pidió a los militantes «que no den ni un paso atrás».
Apoyos
El delegado del Gobierno, José María Rodríguez, espetó que «hay algunas personas que nos llaman fachas y con su actitud practican el auténtico fascismo». El vicepresidente del Consell de Mallorca, Joan Rotger, también criticó los altercados. Bauzá, que recibió el apoyo de todo el partido en un acto que realizó el PP de Palma, confesó que «si hay un momento en el que vuestra presencia ha sido importante es este». Al acto asistieron unos 800 militantes, entre los que destacaron numerosos alcaldes, regidores, diputados, senadores, la eurodiputada Rosa Estaràs y los consellers d'Agricultura, Turisme, Presidencia y el vicepresidente económico.
El president se reafirmó en todas las decisiones que ha tomado en los últimos meses, aunque es consciente de que le supondrán un desgaste político. Sin embargo, se mostró convencido de que son las correctas y ordenó que a los que les preocupe esto, que se olviden de las elecciones «que todas nuestras energías tienen que estar puestas en cumplir con nuestros compromisos». Sin embargo, se mostró convencido en que el trabajo tendrá su recompensa.