El bachillerato de tres años anunciado esta semana por el nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha generado diversas reacciones, pero sobre todo confusión y alarma, por cuanto no concretó qué cambios implicará esta novedad, si se retrasará un año el ingreso en la universidad o si se acortará la ESO. Eso sí, hay consenso sobre que los jóvenes no llegan bien preparados a la universidad.
Conselleria d´Educació. El conseller Rafael Bosch aventuró que la medida no supondría alargar la edad de la educación posobligatoria, sino que el año en que actualmente se cursa 4º de ESO se diversificaría en función del interés futuro del alumno, si va a ir a a la universidad o se decanta por la Formación Profesional. No obstante, desde la Conselleria se aseguró que hasta que el nuevo ministro de Educación no reúna a los consejeros de cada CCAA no se sabrá mucho más.
Escola Catòlica. Desde la patronal se apuesta porque no supondrá un retraso en la edad de entrada en la universidad, «pues eso supodría dejar a todas las universidades un año sin alumnos de primero, con el perjuicioque eso les supondría», según Marc González, quien además recordó que «hoy día no hay dinero para poner un año más en la escuela». Y si se recorta la ESO, dijo, «será la puntilla» para los centros concertados. Pero se plantean más dudas, porque «si lo que se pretende es reforzar el 4º de ESO y lo llaman bachillerato, en qué curso das el título, ¿en 3º de ESO?, si es así la mayoría de alumnos ya no harían ese nuevo curso. Por eso suponemos que se titulará en 4º de ESO pero que tendrá otro nombre, aunque seguirá siendo obligatorio, porque no se puede tener en la calle a chicos de 15 años en la calle sin hacer nada».
Coapa. Los padres de alumnos advirtieron de que «nos opondremos con uñas y dientes a la reducción en un año de la educación obligatoria», y en cambio no verían con malos ojos la ampliación del bachillerato de forma que los alumnos retrasen un año su entrada en la universidad, declaró Fernando Martín.