Los problemas económicos estrangulan a la Universitat de les Illes Balears (UIB). En apenas cuatro días empieza un curso en el que será inevitable aplicar nuevos recortes y ajustes, de plantillas y servicios, que serán más cuanto mayor sea la reducción del presupuesto para 2012, y tampoco tiene resuelto el pago de las nóminas de septiembre de sus trabajadores.
El vicerrector d´Economia i Seus Universitàries, David Pons, recuerda que, debido al problema de tesorería del Govern, la Universitat ha tenido que adelantar desde marzo cerca de 25 millones para el pago de las nóminas «utilizando recursos de otras partidas, de investigación, subvenciones del Estado o de la UE, ... (que no de ahorro, porque la UIB no dispone de remanente), y aunque no era una situación agradable, sí era sostenible».
Negociación
Pero ahora, asegura, «estamos volviendo a negociar la nómina de septiembre, porque la cantidad que el Govern propone aportar no cubre ni el 50% de los 4,8 millones que supone esta partida y la UIB ya no sabe de dónde desviar más dinero para adelantar el resto». «Estamos trabajando para poder pagar las nóminas el día 30 o, como muy tarde, a primeros de octubre, pero ya no tenemos la opción de disponer de recursos de otras partidas».
Aunque Pons reconoce que «la voluntad del Govern es buena y sabemos que no es el momento de reclamar lo que se nos debe», no esconde su «preocupación».
Este problema serio de tesorería ha llevado a los responsables a poner sobre la mesa un ajuste de presupuesto, «pero no se puede olvidar que la UIB ya ha hecho un esfuerzo de ajuste los últimos dos cursos, en los que la transferencia nominativa de Govern ha bajado un 12% entre 2009 y 2010», recuerda. «Estamos temerosos de saber cuál va a ser la reducción para poder asegurar los servicios básicos». Hoy mismo, se explicará a los miembros del Consell de Govern de la UIB la situación y «una vez sepamos cuál va ser exactamente la reducción del presupuesto para 2012 tomaremos las medidas». Entre ellas, ajustar plantillas, redistribuir recursos, disminuir el número de profesores asociados, no cubrir jubilaciones o, incluso, seguir aumentando el número de estudios con números clausus.