No fue una manifestación sino un paseo reivindicativo de ciudadanos por unas calles que durante muchos años guardaron señas de identidad arquitectónica muy reconocibles en Palma y que ahora están en cuestión en la medida que no son bienes culturales protegidos.
La parte más práctica de la campaña 'Salvem Santa Catalina' se inició ayer con la intención de repetir esas «salidas culturales» durante los próximos meses y obtener eco entre la población y sensibilidad entre los políticos.
La Associació per a la Revitalizació dels Centres Antics (ARCA) reunió anoche a medio centenar de personas para «poner en valor» las señas de identidad del barrio palmesano de Santa Catalina, en un acto reivindicativo que partió de la calle Aníbal y llegó a la de Joan Crespí con paso intermedio por la de Sant Magí, un itinerario dirigido por el estudioso del patrimonio mallorquín Gabriel Barceló.
El acto se inició en la esquina entre la Avenida Argentina y la calle Aníbal, frente el edificio construido en 1916 con las características arquitectónicas del barrio, que está siendo demolido en lo que ARCA considera «un testimonio de la aberración que supone destruir patrimonio histórico en pleno siglo XXI».