El presidente y fundador de Sol Meliá, Gabriel Escarrer, analiza la realidad turística, económica y previsiones de futuro, así como los proyectos clave para el grupo Meliá en Balears y también a nivel legislativo.
-55 años de Sol Meliá, ¿qué se le pasó por la cabeza el día en que sus hijos, Gabriel y Sebastián, le mostraron el nuevo nombre corporativo: Meliá Hotels International? ¿Cómo asumió el cambio de nombre?
-En primer lugar, sentí nostalgia. Mi familia ha querido mucho a Sol Meliá; lo hemos construido desde la nada, incorporando hoteles y cadenas que íbamos adquiriendo, que sumaban cada vez más, y nos hemos sentido muy orgullosos de la marca Sol Meliá. Sin embargo, al momento me di cuenta de que todo evoluciona, y necesitábamos evolucionar.
-Hablando de sus hijos, la continuidad en la empresa está consolidada, ¿se siente orgulloso del trabajo de formación que ha realizado en sus hijos para garantizar el futuro de la empresa?
-Mis hijos tienen genes emprendedores, tienen unas cabezas estupendamente amuebladas, pero además han disfrutado de la mejor educación posible. Ambos han estudiado brillantemente en las mejores universidades. Desde pequeñitos me han acompañado en mis visitas de fin de semana a los hoteles, han conocido el negocio y este negocio les ha enamorado. Sí, puedo decir que me siento orgulloso.
-Ha dejado el día a día en manos de los dos vicepresidentes, pero conociéndole usted sigue llevando el timón del barco. ¿Cómo vislumbra Meliá Hotels International dentro de una década?
-No es cierto que yo siga llevando el timón, porque confío plenamente en ellos y prefiero estar en un segundo plano para darles consejos y ayudarles. Pero me sorprenden cada día, porque a menudo soy yo quien aprende de ellos, y cada día estoy más convencido de que Meliá Hotels International está en las mejores manos.
-Bali, República Dominicana, Cuba, México, China y un largo etcétera de países. ¿Hasta dónde piensan llegar?
-Lo que sí tenemos claro es que hay que crecer estratégicamente, y también cualitativamente, en destinos y con productos que sumen valor a nuestra oferta: hay que crecer de manera planificada y ordenada. Con las perspectivas actuales, en un plazo de diez años podremos doblar o incrementar considerablemente nuestra capacidad actual (350 hoteles en 35 países).
-Ha habido un cambio político tras el pasado 22-M, ¿Qué espera del Govern que preside José Ramón Bauzá en materia económica, laboral y turística?
-En primer lugar, esperamos mucha sensatez y responsabilidad en toda la gestión, pero, sobre todo, dadas las dificilísimas circunstancias en que Bauzá llega al poder, en política económica. Creo en el plan de austeridad y recortes de la Administración y en las empresas públicas y el gasto corriente, que está impulsando desde su llegada, me parece una gran noticia y un signo esperanzador de un cambio de mentalidad que era muy necesario. No podemos gastar más de lo que ingresamos y la solución no es subir los impuestos, lastrando aún mas el consumo y la actividad productiva. La solución es gestionar mejor los recursos existentes, y promocionar la actividad empresarial y productiva en general, y con ella, el empleo. Del nuevo Govern esperamos coordinación, liderazgo, colaboración de lo público con lo privado y, además, vislumbramos un rayo de esperanza porque esta temporada se anuncia bastante positiva, pero ello no debe ocultar que tenemos grandes retos. Hoy los políticos tienen que ser además buenos gestores.
-Se habla de cambiar la Ley General Turística (LGT), ¿tan necesario es hacer este cambio para modernizarla y ser más competitivos?
-La LGT es un instrumento clave para que se pueda establecer el marco para el crecimiento y si todas las leyes deben evolucionar con los tiempos, con mayor razón las leyes que llamamos de fomento o de contenido económico. Desde que se aprobó la LGT las cosas han cambiado mucho y hemos aprendido mucho. Nuestros competidores también han aprendido, por lo que debemos repensar y reinventar nuestra oferta. Yo lo que pediría es que la Ley evolucione según las necesidades de la sociedad.
-¿Qué opinión le merece en estos momentos Mallorca como destino vacacional? ¿Está al día para poder competir con los países competidores de la cuenca mediterránea?
-Mallorca debe competir por calidad y por una oferta propia y diferenciada y sí, estamos en condiciones de ofrecer mucho más que muchos destinos jóvenes del Mediterráneo, siempre y cuando seamos capaces de adaptarnos a una oferta de calidad y desestacionalizar. Claro que podemos competir, pero debemos realizar un esfuerzo de adaptación. Este es nuestro reto a largo plazo.
-Modernización, rehabilitación y regulación de plazas hoteleras, ¿Cuál cree que es el camino para lograr estos tres objetivos, de los cuales se viene hablando desde hace muchos años?
-Pues en primer lugar, un gran acuerdo social sobre cuál es el modelo que queremos. Un modelo de desarrollo sostenible, pero con capacidad de crecer y crear empleo. Eso quiere decir aprobar una ley, escuchando a todos, pero dando pasos firmes por encima de las pugnas políticas que sólo miran a corto plazo. Por eso, es muy importante que nuestros políticos tengan grandeza y miren por el turismo como un bien de todos. Si no es así, todo será mucho más difícil y volveremos a ver ejemplos de parálisis o de marcha atrás.
-Reconversión de la Platja de Palma, ¿dinero público o privado? ¿En una situación de crisis económica como la actual, qué camino cree que hay que seguir?
-Es muy importante elaborar un plan realista y adaptado a nuestras características y necesidades, porque Mallorca no es Florida. Tenemos que seguir siendo nosotros mismos. En cuanto a cómo acometer estas actuaciones, normalmente estos grandes planes pasan por una suma de inversión pública y privada, y como ni el país ni las empresas están hoy en día en condiciones de abordar inversiones tan grandes, habrá que buscar soluciones imaginativas y generosas por ambas partes.
-¿Cree que el todo incluido es ya una oferta de alojamiento hotelero más? ¿Es lo que demandan los mercados emisores, en concreto el familiar europeo?
-Una parte del mercado demanda todo incluido, pero no es, ni debe ser, toda la oferta ni la mayoría de la oferta en Baleares, porque se trata de un producto que no aprovecha todo el potencial de nuestro destino. El todo incluido no es malo en sí mismo si se hace de manera integrada en el destino, contando con la oferta complementaria local, con calidad, de modo que los turistas tengan incentivos para salir del hotel y dejarse dinero en el exterior.
-¿Qué opina de la gestión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la última legislatura? ¿Se ha sentido defraudado?
-Tengo mi opinión, pero no considero apropiado hablar del presidente del Gobierno, sobre todo en estos momentos en que está prácticamente de "salida". Solo le diré que al principio no fue criticado, sino que tuvo la confianza de un gran sector del país, tuvo un gran crédito. Si después lo ha perdido, que analice por qué, porque la ciudadanía es sabia.
-¿Considera la figura de los condohoteles vital para conseguir financiación los hoteleros y, con ello, poder mejorar sus establecimientos?
-El condohotel es una fórmula de propiedad y de gestión. No afecta para nada al funcionamiento de los hoteles ni a su capacidad de creación de puestos de trabajo. En un momento en que las empresas tienen dificultad para apalancarse y endeudarse, e incluso para obtener financiación, el condohotel permite acumular financiación de inversores particulares, que después obtienen un rendimiento a su inversión gracias a la explotación del establecimiento por una cadena hotelera. Es mejor abrirse a fórmulas innovadoras, en lugar de cerrar hoteles.
-¿Qué imagen cree que tiene Mallorca en estos momentos?
-No tiene la imagen que se merece. Creo que es uno de los lugares más bellos del Mediterráneo ( lo que quiere decir de los más bellos del mundo), pero somos especialistas en "arrojar piedras" contra nosotros mismos; no voy a defender la saturación urbanística, pero el término "balearización" es injusto pues en los propios informes de Greenpeace sobre el estado del litoral español se deduce que la costa de Balears está mucho menos urbanizada que otras costas españolas. Mallorca necesita hacer las cosas bien, pero simultáneamente necesita comunicar mejor, limpiar su imagen y lanzar un profundo plan de comunicación y reposicionamiento a nivel internacional.
-Palacio de Congresos, fachada marítima, carreteras, infraestructuras en general vitales para la imagen turística de una isla como Mallorca, ¿hay que seguir invirtiendo en infraestructuras en Balears?
-Creo que mejorar nuestros hospitales, nuestras carreteras o disponer de un palacio de congresos en una Comunidad turística como la nuestra no es un capricho, sino una necesidad y una apuesta de futuro. Durante la legislatura anterior a la que ha finalizado se iniciaron numerosas infraestructuras que se están finalizando ahora, con grandes dificultades debido a la situación de asfixia económica tras tres largos años de crisis y la tardía reacción ante la misma. Dicho esto, en los años venideros debemos tratar de contener el gasto y priorizar más que nunca para reducir nuestro endeudamiento y alcanzar una situación más racional.
-¿Romperemos alguna vez la estacionalidad?
-Desestacionalizar es el gran reto de nuestra economía. Si lo conseguimos será la mayor garantía de sostenibilidad social, económica y también medioambiental de nuestro modelo. El lograrlo dependerá, una vez más, de nuestra creatividad, capacidad de innovación y de que seamos capaces de aportar nuevos alicientes y atractivos a nuestra oferta para todo el año, y de que estemos dispuestos a cambiar.
-Formación, simpatía, servicio, ¿En qué aprobamos y en qué suspendemos?
-En formación todavía tenemos algunas cosas que aprender de otros países. En simpatía somos de los mejores. No obstante, hemos perdido gran parte de nuestra fama de hospitalarios y simpáticos, debido a que en algún punto hemos empezado a confundir servicio con servilismo, y esto es un grave error, porque no podemos olvidar que el servicio al cliente es nuestra razón de ser.
-Estamos en una crisis económica en la que todavía no se vislumbra el final del túnel, ¿cuándo ve usted que se podrá lograr la recuperación económica?
-Espero que no dure muchos años, pues ya llevamos casi 4 años de crisis continuada. De todas formas, aunque la Europa periférica tiene aún un camino largo y difícil para volver a tener pujanza, Mallorca se beneficiará, como ya está ocurriendo, de la recuperación de algunos de nuestros principales mercados europeos, que siguen eligiéndonos como el mejor destino de vacaciones o descanso. Nuestra responsabilidad es hacer las cosas bien y mostrar nuestra mejor cara para seguir siendo el destino por excelencia de los europeos centrales más prósperos.