Tres imputados en el 'caso Voltor' aportaron ayer diversas documentación ante la juez instructora de la causa, Carmen Abrines, para demostrar que realizaron tareas diarias para el Consorci d'Informatica Local de Mallorca (Cilma) y no fueron «empleados fantasma» de UM, según sostiene la Fiscalía Anticorrupción.
En esta pieza separada, la número 13 de la causa, las investigaciones apuntan a que alrededor de una treintena de empleados del Cilma no llegaron a efectuar tarea alguna para esa empresa dependiente del Consell de Mallorca, sino que en realidad, trabajaban para UM.
Rosa María Vaquer, defendida por el abogado Matías Barón, declaró que estuvo contratada como coordinadora de la web Infomallorca.net entre abril de 2005 hasta mayo de 2007. Insistió en que trabajó y que le pagó el Cilma, aunque por razones de espacio no ocupara un sitio en esa empresa pública. «Cada día iba a mi trabajo», resumió.
Poncio Bover dijo que hasta septiembre de 2007 estuvo trabajando en el Cilma ejerciendo su profesión de informático en el desarrollo del 'software' del Consell de Mallorca. «No tengo nada que ver con el proyecto Informallorca», declaró Bover. «Siempre trabajé en el Cilma», indicó.
Finalmente, Margarita Belman admitió que no ha trabajado físicamente en el Cilma, y que sí lo hizo en la Secretaría de Presidència del Consell de Mallorca. «Quien me daba las instrucciones era el jefe de Sección José Ferrer y cobraba como auxilitar. Mi contrato laboral era con el Cilma, pero mi lugar de trabajo estaba en la calle Palau Reial», precisó.