El exministro socialista de Economía Miguel Boyer ha considerado hoy que «es brutal la exigencia de reducción del déficit» que la Unión Europea (UE) impone a España y ha resaltado que un exceso de recorte del gasto público dificulta el crecimiento y puede ralentizar la salida de la crisis.
Boyer ha señalado que esta política europea, que atribuye al «empeño» de Alemania en recortar el gasto público a toda costa, no impedirá que España mantenga los niveles moderados de crecimiento que presenta en la actualidad y logre cerrar este año con un incremento del PIB en torno al 1 %.
«Vamos a salir, pero con problemas», ha remarcado el exministro en una rueda de prensa antes de ofrecer una conferencia en Palma invitado por el Círculo Financiero de Baleares, una charla en la que ha augurado que a finales de 2012 la economía española crecerá en torno al 2 % y comenzará a crear empleo.
Sin embargo, ha alertado de las dificultades que las imposiciones de la UE promovidas por Alemania pueden ocasionar a la ciudadanía de países con peor situación que España como son Portugal y Grecia, donde el recorte drástico del gasto público se ha de ejecutar en un contexto de recesión.
«No se debe castigar a los pueblos, se debe castigar a los gobiernos que han actuado mal», ha manifestado Boyer, quien ha recordado que con déficit públicos similares al español, ni Estados Unidos ni el Reino Unido han puesto en marcha planes de reducción del gasto de las administraciones tan severos como el planteado en España por exigencia de la UE.
«Estamos en una penosa trayectoria de recuperación» cuya principal consecuencia es el elevado nivel de paro ligado al «desplome» del sector de la construcción a causa de la crisis financiera originada en EEUU, ha explicado el que fuera ministro de Economía de 1982 a 1985.
En cuanto al origen de la crisis, «la mayor desde la de 1929», lo ha atribuido al mantenimiento de tipos de interés muy bajos por parte de la Reserva Federal estadounidense y al seguidismo de esa política que hizo el Banco Central Europeo.
«Creían que los mercados se autorregulaban», ha incidido respecto a los que preconizaron esa política económica, que al margen de ese criterio ideológico también buscaban, en su opinión, facilitar la financiación de la guerra de Irak y favorecer la reelección presidencial de George W. Bush.
La facilidad para obtener dinero por su bajo coste generó «burbujas tremendas», como la de la construcción en España, que estallaron provocando «desplomes tremendos», ha insistido.
Respecto al mercado inmobiliario, ha vaticinado que se tardarán siete años «en disolver el stock» de viviendas acumulado, por lo que este sector seguirá lastrando un crecimiento que se basa tanto en la mejora de las exportaciones como en el buen comportamiento del turismo.