Tradición, capacidad de sacrificio, lealtad, cambios estructurales, modernización, adaptabilidad, formación completa, ajustes presupuestarios, internacionalización, seguridad, paz, compromiso y apuesta de futuro. El jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), Fulgencio Coll, utilizó estas palabras para explicar la evolución del Ejército español desde los 80 a la actualidad en la conferencia que pronunció ayer en el Club Ultima Hora.
Coll dejó muy claro toda una serie de conceptos para explicar la función de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado en pleno siglo XXI. «La cultura de la seguridad y la defensa son necesidades palpables hoy en día, más aún a raíz del colapso que se produjo en 1989 con el desmembramiento de la URSS. Pasamos de una situación bipolar, de bloques (guerra fría) a una asimétrica y atomizada, en la que el enemigo no tiene cara y puede actuar en cualquier momento. Y todo esto hace que el componente terrestre del Ejército tenga un papel importante, ya que hay que estar sobre el terreno y controlar a la población, porque el enemigo se esconde dentro de la población».
Seguridad y formación
En su análisis de las profundas transformaciones que está viviendo el Ejército español, apuntó que los problemas presupuestarios y aplicación de la nueva normativa que regula la función de los Fuerzas Armadas (Ley Orgánica de Defensa Nacional de 1995 y el Real Decreto de 2006) «han provocado una reducción progresiva en medios humanos, pasando de los cerca de 300.000 a unos 90. 000 y acelerado una profunda transformación para modernizar el Ejército, para hacerlo más eficaz y esté perfectamente cohesionado. Al mismo tiempo nos hemos tenido que amoldar a los recortes presupuestarios como consecuencia de la crisis económica. Todo esto ha generado una transformación en tamaño y contenidos».
Dentro de la actual dinámica, apuntó que con los nuevos compromisos que se han adquirido a nivel internacional «somos los responsables de organizar las unidades operativas y preparar- las para las misiones, así como de garantizar que las unidades tengan la máxima cobertura y el material adecuado. Todo ello enfocado para que nuestros soldados vayan bien preparados y equipados a las distintas zonas de operaciones que se nos asignen».
El JEME resaltó que la reestructuración habida, canalizada a través de los diferentes Mandos de Fuerza, Personal, Apoyo Logístico y Doctrina, «está dando ya resultados. Y la prueba del algodón es que cuando nuestros soldados tienen problemas, las evaluaciones reflejan que todos ellos siempre dicen lo mismo, que todo lo que me enseñaron, me sirvió».
Sobre la eficacia del Ejército, preguntado en el posterior coloquio, dijo de forma contundente: «Trabajan igual que los mejores, porque tienen los conocimientos y preparación para ello. Sí, son buenos».
También desgranó la estrategia que se realiza para preparar de forma específica a las tropas que van destinadas a estas operaciones. «Todos los soldados que van son preparados a conciencia y con los controles específicos en cada caso. Es más, todos ellos hacen la respectiva prueba OK de todo lo aprendido de forma teórica y práctica», comentó.
Los recortes presupuestarios es algo que el máximo responsable del Estado Mayor tiene muy en cuenta a la hora de estructurar su trabajo, optimizar recursos y garantizar el material adecuado a las unidades. «Venimos de años que ha habido financiación para material, pero ante la actual coyuntura siempre operamos bajo el mismo concepto de máxima seguridad, como es la de garantizar que nuestros soldados estén bien equipados allá donde vayan. Hacemos una labor de priorización, pero nunca perdiendo capacidad de trabajo, porque es en las operaciones donde nos la jugamos.