El centro de Palma acogió ayer una protesta contra la venta de pieles. Para ello, Anima Naturalis organizó una performance en Avingudes, en el que activistas ensangrentados y vistiendo sólo abrigos de piel pretendían simular a los animales que mueren cada año para fabricar prendas de piel.
Los activistas informaron a las personas que pasaban por Avingudes de las alternativas al uso de las pieles mediante folletos y carteles informativos.
Entre otras cuestiones, destacaron que la industria peletera se cobra anualmente la vida de 20 millones de animales salvajes cazados en trampas y de 40 millones de animales criados en granjas. Además, explicaron que «todos ellos son cruelmente despellejados antes, durante y después de su muerte, porque la moda y los consumidores lo quieren».
Algunos de los ejemplos que pusieron los activistas para intentar concienciar a la sociedad es que para hacer un abrigo se necesitan 300 chinchillas, 8 focas, 60 visones, 250 ardillas, 20 zorros, 8 perros o 30 gatos. Además, recordaron que la industria peletera ya ha extinguido a especies como el visón de mar y el zorro de las Malvinas. Actualmente, la nutria de mar, el lince y el ocelote están en «extremo peligro»; mientras que otros animales, como el conejo Orylag, han sido modificados genéticamente para que tengan un tamaño más grande.