Burundi fue el inicio de su trabajo y luego se extendió a Tanzania, la República Democrática del Congo y, finalmente, en 1998 a Mali. Estos son los cuatros países donde la ONG Veïns Sense Fronteres realiza trabajos de cooperación desde hace ya 15 años para ayudar a la población africana, solos o con el apoyo de otras entidades trabajando en red con un único objetivo: ayudar a los más desfavorecidos.
Según el presidente de Veïns Sense Fronteres, Jaume Obrador, esta asociación nació ante la preocupación por la situación que se vivía en la región de los Grandes Lagos, sobre todo se acentuó a partir del genocidio rwandés de 1994 y del peligro de una nueva explosión de violencia popular en Burundi.
Durante los primeros años de existencia de la asociación, además de trabajar en favor de la población burundesa, apoyó otros proyectos de cooperación en países de América Latina, aunque finalmente, y dado que en aquellos momentos muy pocas asociaciones se dedicaban a la cooperación con Àfrica, decidieron concentrar sus esfuerzos al desarrollo en el continente africano y de forma especial en la región de los Grandes Lagos.
Proyectos
Durante sus quince años de existencia, Veïns Sense Fronteres ha llevado a cabo (o están en ejecución) un total de 205 proyectos. Así, en Burundi, donde VSF ha realizado el grueso de sus trabajos, han ejecutado 89 proyectos. Entre los más importantes: trabajos comunitarios con las personas reclusas en la prisión central de Mpimba (en Bujumbura) y en las de Ngozi y Gitega. Además, se ha llevado a cabo un trabajo muy importante con la comunidad de origen pigmeo (Batwa), estigmatizada y apartada de la sociedad burundesa.
En Tanzania, se han realizado 71 proyectos dirigidos a la ayuda en los campos de refugiados, la creación de un centro en Dar-es-Salam, un centro de acogida de niños de la calle en Mwocachi y la reconstrucción de puentes en el valle de Ruhwiti, entre otros.
Por su parte, 9 trabajos se ha hecho en la República Democrática del Congo, como la creación de un centro de acogida de mujeres víctimas de violencia sexual y proyectos de formación para la producción de alimentos. Finalmente, en Mali se han realizado 6 proyectos, como la construcción de pozos de agua potable, y se han distribuido herramientas agrícolas y semillas.
Por último, no hay que olvidar la tarea de sensibilización que se ha llevado a cabo en Balears, así como el programa de apadrinamiento de menores africanos que ayuda a mejorar la vida de sus familias.
En resumen, un total de 205 socios, mucha ilusión y esfuerzo durante estos tres lustros que han beneficiado de forma directa a 207.500 personas, eso sin contabilizar las numerosas personas que se han beneficiado de forma indirecta de sus proyectos. Un gran trabajo.