Muchos jóvenes y adultos de Mallorca reciben al cabo del año la Confirmación, uno de los tres sacramentos de iniciación cristiana, junto al Bautismo y la Eucaristía. «No se pueden dar datos exactos, pero sí decir que hace unos años había más jóvenes que recibían el sacramento», afirma Toni Vadell, delegado de Pastoral Catequética y Litúrgica.
Durante el año, no hay una fecha exacta para recibirlo, aunque no se suele celebrar nunca en Cuaresma. «Con la Confirmación, la persona recibe el don del Espíritu Santo, representa la presencia del Señor vivo entre nosotros, nuestra fe se hace más fuerte», añade.
Para poder confirmarse se necesita tener uso de razón, profesar la fe católica y estar bautizado, querer recibir el sacramento, estar en gracia, es decir, no tener pecado alguno y estar preparado para ser testigo de Cristo.
12 ó 13 años
«Jóvenes y cada vez más adultos se preparan en un proceso catequético, es un camino de preparación con un catequista que les ayuda a aprender qué significa ser cristiano. La Confirmación se recibe en torno a las 12-13 años y el proceso de catequesis dura tres años después de la Comunión. Se realiza en las parroquias. La clave es prepararse para la vida cristiana, no sólo para recibir el sacramento», afirma Vadell.
El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, es quien debe administrar la Confirmación. También puede hacerlo un delegado suyo, que puede ser un vicario general o vicario episcopal.
Respecto a la ceremonia, se trata de una misa presidida por el obispo, en la que también están presentes los padrinos de los que confirman. Después de la homilía, unta el Santo Crisma (un aceite especial que el obispo bendice cada año en la misa de Jueves Santo) en forma de cruz en la frente de la persona. Después, le impone las manos al que recibe el Sacramento y le dice: «recibe por esta señal el don del Espíritu Santo».
Una vez finalizada la ceremonia, se celebra una pequeña fiesta, más bien sencilla, generalmente en la parroquia.