Un año más Palma se llenó de bicicletas. Riadas de bicicletas salidas de Cort con destino a Son Moix, a donde los primeros en partir llegaron veinte minutos después, cuando más de mil aún no habían empezado a pedalear. Y lo decimos con conocimiento de causa, pues a las 12.20 horas, 20 minutos después de haber dado la salida, estando en la Plaça Major, donde se hacía la entrega de los dorsales, se dijo que los primeros ya había cubierto los siete kilómetros del recorrido.
Fue, por otra parte, una serpiente de color rojo, o en la que este color predominaba sobre los demás, pues cada participante que pasó por control de dorsales recibió un camiseta, de color rojo, en recuerdo. Con la Plaça de Cort y calles de Palau Reial y Colom a tope -ésta repleta de ciclistas hasta la Plaça Major, también con muchos ciclistas en ella, a las doce en punto, la alcaldesa de Palma, Aina Calvo; Andreu Pons, director del Àrea de Negoci de la Caixa, y el responsable del IME, Baldomero Oliver, vestido de ciclista, y dispuesta a hacer el recorrido en bici a nada que se diera el sus, cortaron la cinta y todos comenzaron a pedalear. Poco a poco, sin atropellarse, pues eran muchos y el espacio no era muy grande.
Vimos en la meta de salida a políticos de uno y otro color. Pero todos vestidos de calle, incluida la alcaldesa, la que tanto defiende el uso de la bicicleta por parte de los ciudadanos de Palma, pero perdiendo la oportunidad de dar ejemplo.