Hoy será el día en el que el gran público podrá valorar el resultado de uno de los últimos trabajos del músico y compositor mallorquín Joan Valent, la banda sonora del filme El cónsul de Sodoma, sobre la vida del poeta Jaime Gil de Biedma, a quien interpreta el actor Jordi Mollà.
La película de Sigfrid Monleón se estrena hoy, un día antes de que se dé a conocer la lista oficial de las candidaturas a los Premios Goya, para la que parte como favorita, según la crítica. «Es una de las mejores películas que he tenido entre mis manos. Refleja muy bien a Jaime y la forma de vivir de un poeta con toda su magnitud», reconoce el músico mallorquín.
No es la primera ocasión en que Joan Valent colabora en una película de Sigfrid Monleón, lo hizo antes en La bicicleta y en un documental sobre Emilio Ruiz. Ahora el director valenciano ha vuelto a reclamar al mallorquín para este filme, que muchos auguran que estará envuelto en la polémica.
«Sigfrid vino a Mallorca a contarme la historia y con el guión ya en mano fui poniéndole piel a la música, la hice orgánica», comentó el compositor, quien explicó que terminó de montar las piezas una vez visto el filme, «sus colores, sus planos, la fotografía...».
Dos semanas fueron necesarias para grabar en un estudio de Santa Eugènia cada una de las obras, inspiradas «en los propios gustos musicales del poeta de la Generación del 50, Telemann y Henry Purcell», apostilló Joan Valent. La formación Alma Strings y el concertino Lothar Strauss son algunos de los músicos que participan en estas composiciones de Valent, quien interviene también al piano.
Es una banda sonora que está «muy vinculada a la imagen. No queríamos hacer algo demasiado espectacular, es intimista y no subraya las emociones, sino que las acompaña», describió Valent.
Han sido sólo unos pocos privilegiados los que han podido ver El cónsul de Sodoma y muchos subrayan la brillante interpretación de Jordi Mollà. «Es el personaje de su vida y en eso coinciden mucha gente que ha visto la película y que conoció a Jaime. Al inicio ves a Jordi Mollà, pero a medida que avanza ves a Gil de Biedma, recita como lo hacía él», explica Valent, quien reconoce que ésta «es una película tierna y emocionante».