La Oficina de Extranjería está desbordada ante la avalancha de solicitudes por arraigo social. Numerosas personas se personan incluso de madrugada para tramitar los papeles de residencia, ya que sólo se entregan 30 números cada día.
A las 05.00 horas comienzan a llegar los interesados en obtener su permiso de residencia y trabajo hasta el local del Polígon de Llevant. Sobre las 09.00 horas comienza la atención al público y la desazón para la gran mayoría es total; sólo unos pocos serán atendidos.
«Desde las 7:30 de la mañana ya sabíamos que no tendríamos número», aseguró a Juan B., boliviano de origen, residente durante casi cuatro años en la Isla sin papeles de residencia.
Burocracia
«No hay derecho. Hemos soportado mucho para legalizarnos y la burocracia nos obliga a continuar en esta situación hasta quién sabe cuándo», apuntó. Las voces discordantes y la petición de más medios y funcionarios es el común denominador de estas personas. La tramitación para arraigo social es de las que más ha aumentado en las últimas semanas.
Abogados expertos en la materia aseguran que este comportamiento se debe al «miedo» del inmigrante provocado por la posibilidad de una reforma de la Ley de Extranjería que incrementaría de tres a a cinco años la residencia en España para optar a la solicitud por arraigo.
Quejas
El presidente de la Asociación de Protección de Inmigrantes de Baleares (APIB), Leonardo Ferreira, ha recogido las quejas de los ciudadanos extranjeros tras comprobar 'in situ' la situación actual: «He llegado muy temprano y he podido dialogar con la gente que se muestra muy descontenta con el sistema que se está implementando. Seguramente lo que está sucediendo en estos días habrá de ser tenido en cuenta por las autoridades, porque estas personas necesitan imperiosamente ser atendidas». Ferreira añadió: «Somos conscientes, porque así lo hemos comprobado, de que la jefa de la Oficina de Extranjería, Carla Mercé, como el propio encargado del tema arraigo, están intentando buscar la solución más adecuada posible. Pero esa solución urge», concluyó Ferreira.