El nuevo presidente del PP en Balears, José Ramón Bauzá, marca distancias con la dirección estatal y se niega a aceptar el criterio de suprimir la potente junta del partido en Palma, como se le ha planteado desde Madrid.
El criterio de la dirección estatal es que las competencias de la junta local, a cuya presidencia optan José María Rodríguez y Francesc Fiol, pasen a las distintas juntas de distrito. Es lo que ocurre en otras capitales.
El PSIB también vivió hace ocho años una situación parecida y la Agrupación Socialista de Palma fue disuelta. Volvió a constituirse hace un año y ahora la dirige Aina Calvo.
Bauzá, un día después de que la junta territorial del PP-Palma se reuniera para paralizar el proceso electoral, como también ha pedido la dirección nacional, y para expresar su disconformidad con la propuesta de disolución, dijo ayer que él acata la primera parte (la supresión de las elecciones), pero no la segunda. «Somos un partido estatal, pero también tenemos nuestras peculiaridades y no hay motivos para cambiar algo que funciona», dijo ayer Bauzá a este diario.
La propuesta de suspensión de l proceso electoral parte de un recurso presentado por uno de los candidatos, Francesc Fiol, que cuestionaba que las elecciones se celebraran en varias jornadas y no sólo en una.
Bauzá se reunirá el próximo miércoles con los dos aspirantes a presidir el PP de Palma para analizar la situación y buscar una fecha para la elección.
La junta territorial, que preside Rafael Durán desde la renuncia de Catalina Cirer, es una potente organización que siempre ha controlado, hasta ahora, el que fuera su primer presidente, José María Rodríguez.
Fuentes del partido dan por hecho que el candidato 'oficialista' a presidir el PP-Palma es Fiol y que Rodríguez no cuenta con el 'placet' de la dirección estatal, que aboga por estrategia de renovación.
Rodríguez, en sus años al frente del partido en Palma, creó una maquinaria electoral que casi siempre estuvo engrasada pero los problemas surgieron cuando Catalina Cirer se enfrentó a Rodríguez, prescindió de él para su lista al Ajuntament y luego se convirtió en presidenta.
Ana Mato, secretaria de Organización, avaló desde el primer momento la designación de Bauzá como presidente del Partido Popular tras la renuncia de Rosa Estaràs. Bauzá dijo que su negativa a disolver la estructura de Palma no provocará ningún enfrentamiento con la dirección nacional y que «nos entenderán».