No es una novedad para los vecinos de las zonas del Pla de Sant Jordi, s'Arenal, ses Fontanelles, Son Ferriol y Can Pastilla convivir con unos molestos compañeros que no pagan alquiler.
Los mosquitos son, desde siempre, los visitantes no deseados que se dejan ver, sobre todo, entre el final de la primavera y el principio del verano; pero su regreso, ahora, con más fuerza les ha cogido desprevenidos.
El motivo de esta plaga: todas estas zonas, ahora habitadas, se construyeron sobre humedales, que se anegan fácilmente con las tormentas y se convierten en foco propicio para que los mosquitos campen a sus anchas. Las intensas lluvias de las últimas semanas han favorecido un incremento espectacular de estos insectos, que están costando más de un disgusto a los vecinos y trabajadores de la zona.
Una vecina de Sant Joan de Déu, María Jesús Fernández, asegura que tuvieron que llevar a su cuñado al hospital porque se dio un paseo de noche por la zona y llegó «completamente picado». Mientras, otro vecino de Ses Fontanelles se queja de los problemas que están ocasionando los mosquitos: «Abrir la ventana de casa es una aventura», dice.
Pero los que peor lo están llevando son los restaurantes y tiendas de la zona. Aseguran que los mosquitos están «costándoles el final de la temporada».
El Ajuntament de Palma se ha visto obligado a intervenir ante el alud de quejas aplicando biocidas en la zona para acabar con estos mosquitos. La regidora de Sanidad de Cort, Begoña Sánchez, señala «que es raro que se haya incrementado en esta época el número de mosquitos», pero espera que «con las medidas aplicadas se pueda solucionar la situación».