El Partido Popular, investigado en varios frentes judiciales por su gestión pasada en el Govern durante la etapa de Matas, ha elegido el Consell de Mallorca para sacar pecho con una ofensiva política que tiene como objetivo a Francina Armengol, la presidenta de la institución.
El pleno de ayer, al que el gobierno insular sólo llevaba cuestiones de trámite y la aprobación de las medallas de la Diada, fue utilizado por el portavoz 'popular', Jaume Font, para lanzar sospechas de posibles irregularidades en las cuentas, que no detalló; falta de transparencia en la toma de decisiones, amiguísimo en contrataciones y otra serie de cuestiones que, dijo, requerirían auditorías de todos los departamentos de la institución insular, no sólo de la presidencia de Armengol, sino también de los años cuatro últimos años de Munar.
Jaume Font llegó a afirmar que sólo realizando auditorias externas de todos los departamentos, fundaciones y consorcios del Consell se «conocería la realidad» y que así demostraría Armengol que «tiene las manos limpias».
Para Antoni Alemany, responsable de Hisenda, está claro que el PP busca zafarse en el Consell de los casos que le persiguen en los tribunales y extender las sospechas. Dijo que las cuentas estaban auditadas y fiscalizadas.
El otro punto polémico vino por la tasa de incineración. El Consell dice que la baja, pero lo que hace es endosar a los ayuntamientos parte de la misma. Catalina Julve defendió que la tasa se rebajaba pero admitió que si los ayuntamientos la repercuten podría notarse poco. Apuntó que Cort debería asumir parte de la misma, ya que es el municipio mayor de Mallorca, y la bajada se notaría más.