Con motivo de las fiestas populares de Sant Elm se celebro en la playa grande de la localidad la batalla de Moros y Cristianos, donde destacaron por primera vez varias monturas a caballo y la llegada, como en otras ediciones, de las embarcaciones sarracenas.
El inicio del espectáculo se concentró en un pasacalles por la localidad hasta la playa, donde esperaba el público. Los cristianos, enfrascados en el festejo, se percataron de que la amenaza navegaba sobre varias embarcaciones hasta tierra. Se trataba del ejército invasor. Un año más los cristianos se impusieron al ejercito sarraceno en una cita que año tras año va perdiendo adeptos.