El objetivo era ir sustituyendo los contadores comunitarios que tienen las comunidades de vecinos por otros individuales, para que, de esta manera, cada uno de los residentes pagase por el agua que consume. Sin embargo, en dos años sólo se han recibido 177 solicitudes, que han permitido a Emaya reemplazarlos por 2.655 contadores individuales, lo que supone una media de quince vecinos por comunidad.
Instalar un contador individual tiene un precio medio que oscila entre los 900 y los 1.200, que tiene que abonar cada una de las viviendas que forman parte de la comunidad. Para favorecer el cambio, la empresa municipal decidió financiar el 100 por cien del presupuesto. Los residentes devolverían la cantidad a través de la factura del agua a lo largo de un periodo de dos años como máximo.
Para poder ejecutar la sustitución, se necesita el acuerdo de los propietarios de las viviendas. En algunos casos, es técnicamente posible instalar los contadores individuales sólo a algunas de las viviendas y mantener los comunitarios para el resto. Para hacer la instalación, se necesita tener suficiente presión de la calle y, si no, disponer de un aljibe. Si no se cuenta con ninguno de los dos requerimientos, pueden instalarse medidores individuales.