El Partit Socialista de Mallorca (PSM) lanzó anoche un mensaje claro en una doble dirección: a Unió Mallorquina (UM), el partido que en 2007 hizo posible el vuelco institucional, le pidió que optara claramente entre una política progresista y nacionalista, como se acordó hace dos años, o que alcance acuerdos con el PP. Y al PSIB-PSOE , y concretamente a su líder y president del Govern, Francesc Antich, le exigió llegar «hasta la últimas consecuencias».
Ése fue el sentir mayoritario del Consell de Direcció del PSM, que se reunió anoche, y en el que se discutieron, básicamente, dos cuestiones: la polémica de Son Baco y la respuesta del PSOE al 'caso Peaje', en que hay implicados altos cargos del Consell nombrados a propuesta de UM.
El tono de la reunión fue duro, según el relato hecho a este diario por algunos asistentes. Se habló en varias ocasiones del «chantaje» de UM, tanto en el caso de Son Baco como en otras cuestiones (cargos del PSM se mostraron muy molestos con algunas declaraciones de UM sobre las inversiones en ferrocarril o el tranvía) y se llegó a calificar de «inasumible» que el Govern «tenga un conseller imputado».
De acuerdo a las fuentes consultadas por este diario (la reunión fue a puerta cerrada) se decidió que el PSM exigirá la renuncia de Miquel Nadal al frente de Turisme, «y su salida del Govern», si es acusado formalmente o si se derivan hechos graves de su declaración el próximo día 30.
El resumen de lo ocurrido anoche en la reunión es el siguiente, según se informó a este periódico: si UM no retira su enmienda sobre Son Baco (que utiliza el 'decreto Nadal' para agilizar un campo de golf cuya caducidad había sido dictaminada), lo considerará un incumplimiento flagrante del pacto y se sentirá liberado «para actuar en consecuencia». El PSM, que tendría que reunir antes al Bloc, «no romperá el pacto»; considerará que lo rompe UM.
El PSM también considera que Francina Armengol debería forzar la dimisión de Aguiar en carreteras o destituirle.