El ministro de Economía, Pedro Solbes, ha dado la señal de alarma. Solbes ha dicho que no está satisfecho con las entidades bancarias y les ha pedido que «arrimen el hombro» como en otros países. Es decir, Solbes ha confirmado lo que hace unos meses negaba el Gobierno. Los bancos no están respondido a la inyección de liquidez aprobada por el Gobierno y apenas conceden créditos a familias y empresas. Para que la economía esté en movimiento hace falta dinero y sólo los bancos pueden solventar este problema. En estos momentos parece que las entidades bancarias están más preocupadas en obtener unos buenos resultados, mejorar sus índices de morosidad, en lugar de ayudar a familias y empresas en apuros.
Con una economía española que no pasa por buenos momentos, es indispensable que se reactive la actividad crediticia para impulsar y recuperar ciertos sectores. Sin dinero de los créditos no se comprarán coches y la industria del automóvil requiere ayuda urgente. Lo mismo otros sectores económicos que ahora están en dificultades. La crisis económica es sobre todo de confianza ya que el dinero está ahí, pero no en movimiento. Por eso las entidades bancarias tienen que jugar en los próximos meses, que no serán precisamente fáciles, un papel fundamental. Los créditos tienen que llegar a las familias en dificultades, que en los próximos meses comenzarán a notar la bajada de los tipos de interés en sus hipotecas. Pero no basta. Las empresas necesitan liquidez para recuperarse de este bache económico y los bancos no pueden cerrar el grifo crediticio por pura conveniencia. Con el apoyo que han tenido del Gobierno, no hay excusas posibles. Los bancos, después de años de grandes beneficios, tienen ahora que actuar con responsabilidad por el bien de la economía balear.