Sacresa, la empresa con sede en Barcelona que junto a Ferrá Tur se adjudicó la construcción de 600 viviendas en Can Domenge, tenía previsto obtener unos beneficios del 20% sobre las ventas de los inmuebles, según confirmaron ayer dos de sus directivos, Joan Maria Pujals y Mario Sanz , en las declaraciones que realizaron en calidad de imputados ante la juez que instruye la causa.
Sanz y Puyals explicaron que con el único miembro del anterior equipo de gobierno del Consell de Mallorca con el que mantuvieron una reunión, fue con el ex vicepresidente de esa entidad, Miquel Nadal. En cambio, negaron haber mantenido contactos previos con Bartomeu Vicens y Miquel Àngel Flaquer, también imputados en la causa.
Puyals, ex conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya, afirmó que Nadal sólo les había anunciado que la intención del Consell era hacer en Can Domenge «un proyecto singular», pero que no les dio «ningún dato últil».
También, al igual que Sanz, admitió que Sacresa puso en marcha la posibilidad de presentarse al concurso de Can Domenge tras las informaciones aparecidas en los periódicos.