Hasta setenta medidas diferentes está previsto que apruebe hoy el Gobierno para reactivar la economía española, las cuales fueron objeto de análisis ayer en la reunión extraordinaria de la Comisión Delegada de Economía a la que, de manera excepcional, asistió el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Todo indica que el Gobierno está decidido a transmitir una imagen de reacción ante el aluvión de datos negativos que se están registrando en las últimas semanas, desde el aumento de las cifras del paro hasta el crecimiento incontenible de la inflación. El IPC registró la tasa más alta de los últimos dieciséis años en España.
El problema real es que la política mantenida hasta ahora por el equipo que dirige el ministro Solbes no ha conseguido corregir los diferenciales que España mantiene con el resto de países de la Unión Europea en los principales indicadores, y eso a pesar de que en los últimos meses ya son varios los anuncios del Gobierno en la aprobación de paquetes de medidas correctoras. Por el momento los resultados han sido escasos, por no decir nulos. En este contexto, el anuncio de que la inflación en España acabará el ejercicio de 2008 por debajo del 4 por ciento parece más un ejercicio de voluntarismo político que de rigor económico.
Rodríguez Zapatero está previsto que comparezca hoy, al término de la reunión del Consejo de Ministros, para explicar, con detalle, las medidas aprobadas para reactivar la economía "todo indica que facilitando la tramitación administrativa de las empresas". Será un buen momento para calibrar la capacidad del presidente para transmitir confianza al país en unos momentos en los que, a tenor de los acontecimientos, hay que compatibilizar sensatez y valentía.